La gala de los Premios Goya, en los últimos años, ha optado por dejar en manos de artistas clásicos de nuestra música para que les den una vuelta de tuerca durante las actuaciones de la gala. Una estrategia interesante que, sin embargo, evidencia dos cosas:

  1. Que sigue sin existir una gala de premios musicales que se preste a este tipo de homenajes en condiciones.
  2. Que las bandas sonoras de nuestro país siguen sin producir canciones para la memoria colectiva

Creo que a las dos cosas habría que darles una vueltita. Pero especialmente, habría que darle una vueltita al uso del playback en galas que abogan por homenajear al arte, porque resulta al tiempo una tomadura de pelo y un desconecte emocional impresionante. No hay excusa que valga para el uso del playback en una ceremonia así, la verdad: me da igual si la ambientación no lo permitía, si era muy complicado hacer no sé qué… hagamos cosas que permitan el sonido directo.

Por que si no, vamos al teatro y que nos pongan también la obra grabada proyectada en el escenario. Un poco de cuidado, que esto no es una gala random de Nochevieja. O no debería serlo, al menos. Dicho esto, procedo a ordenar las actuaciones de la noche del cine de este fin de semana.

‘Bienvenidos’, Miguel Ríos, Amaral & Nominados

Ejemplo práctico de lo que he dicho. Como número de arranque, fue de una pobreza tremenda. Y eso que en la teoría no estaba mal: la sorpresa de los actores cantando y saliendo de entre el público, la aparición de Amaral para interpretar la canción y el colofón de Miguel Ríos, leyenda viva de la música española, para poner la guinda al pastel. Pero claro, no hubo magia: el staging era la absoluta nada, el espíritu de los actores, con todo el mundo pregrabado, era también la nada. El playback lastró todo atisbo de emoción de un arranque que, además, tiró de una canción excesivamente manida.

Un número de apertura que ni dijo cine, ni dio la bienvenida con el entusiasmo debido, ni sirvió como homenaje a un rock & roll que huiría de semejantes trucos de estudio. Frío, frío.

‘Anda Jaleo / Verde Que Te Quiero Verde’, Estrella Morente, Soleá Morente, Kiki Morente, Dellafuente, Lola Indigo

Estéticamente hablando, el homenaje a Granada y a Ferderico García Lorca a cargo de este grupo de All Stars fue precioso y preciso. Pero de nuevo, a nivel emocional… ¿consiguió esto conectar con alguien? ¿Tenemos a los tres Morente en pantalla, con el talento que tienen en las gargantas, moviendo los labios a ritmo de un mp3? Es que ni siquiera se les da bien fingir delante del micrófono. Despista. Especialmente desnudos como estaban delante del espectáculo que es La Alhambra.

Con los trucos visuales y coreográficos, Dellafuente y Lola Indigo salvaron mejor los muebles, con un homenaje a Lorca que pasó por implementar tradición en modernidad y, en el caso de él, simbolizar su asesinato con una proyección de láser totalmente acertada; en el de ella, por mezclar elementos flamenco y pop en la coreografía. Otra performance que hubiera ganado muchos enteros con los micrófonos encendidos.

‘Si Tú No Estás’, Zahara & Dora

Dora y Zahara revisitaron un clásico de Rosana que, la verdad, se adapta como la seda al pop actual y sus tendencias más minimalistas. Rosana, nuestra Billie Eilish noventera. A Dios gracias, por fin pudimos escuchar voces en directo, como evidencio el dubitativo arranque de Dora, pelín fuera de tono al inicio de la canción. Dio igual: necesitábamos escuchar un poco de verdad.

El problema de su performance es que estaba dedicada al in memoriam y estos momentos en las galas siempre son delicados de gestionar: por un lado, el desfile de fotos durante tantísimos minutos se hace una bola tremenda; por otro, desviar la atención de las imágenes, o compartirlas con la performance, luce un tanto irrespetuoso respecto a sus protagonistas.

Encontrar el equilibrio es complicado, pero en este caso, la versión hubiera merecido algún foco extra a sus protagonistas, que hicieron un trabajo delicado y bonito.

‘Abre La Puerta’, Alejandro Sanz

Contra todo pronóstico, Alejandro Sanz dejó una de las actuaciones de la noche. Sí, Abre La Puerta le quedaba vocalmente un pelín grande, cierto. Hubo momentos de sufrimiento para llegar a las notas. Pero de nuevo: la verdad tiene más peso que un audio grabado absolutamente preciso.

Alejandro Sanz cogió el tema de Triana y lo llevó a su terreno, siendo capaz de transmitir a cámara como muchos de sus compañeros no pudieron. Fue una actuación sin grandes alardes, cierto, pero su sencillez puso la canción por bandera y consiguó salir triunfante del paso.

Las cosas, cuando tienden hacia el menos, tienen que saber como venderse para llegar al más. En este caso, la ecuación funcionó y la interpretación sonó sentida y honesta. Sin ser yo especialmente fan del Alejandro Sanz de los últimos años.

‘El Amor’, Rigoberta Bandini

El techo de la gala, para mí, fue el momento en el que Rigoberta Bandini volvió a demostrar que pocas estrellas de nuestro país tienen el sentido pop, de show, de gusto y de estética, tan bien pillado como ella. En un timing perfecto, justo cuando Massiel ha sido noticia por comunicar que se le ha detectado un cáncer de pulmón a sus 77 años, Rigoberta Bandini ha llevado uno de sus mayores clásicos al escenario de los Goya con una escenografía impecable.

Con los elementos justos en el escenario, un equipo de bailarines que acompañaba sin sofocar y un uso excelente del color y la iluminación, su performance ha entendido al dedillo lo que es aportar espectáculo sin sacrificar la canción original ni su mensaje. Una versión, por cierto, que mataría por tener disponible en plataformas.

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