Lady Gaga murió anoche en Coachella. Pero como si fuera la carrera de Karla Sofía Gascón, revivió segundo después. Igual que está, asesinada por sí misma. Y es que Lady Gaga ofreció anoche un show en Coachella que ha sido, posiblemente, el más Gaga de su carrera. La mezcla exacta entre hits, teatralidad, coreografía y musicalidad. Parece que en la era Mayhem, más allá de la redondez del disco en sí -que tiene grandísimos momentos, a pesar de tener ciertos referentes demasiado a la vista-, Lady Gaga ha decidido revindicar su legado de la mejor manera posible.
¡Sigue la web también en redes!
En un set con un teatro gigante, que podía recordar al staging del tour para Born This Way, pero con mucha más puntería, Lady Gaga teatralizó su propuesta a saco a través de cinco bloques y veinte canciones, en un concierto que duró, más o menos, una hora y tres cuartos. Menos que los shows que suele dar en sus conciertos, pero muy acorde a lo que suelen durar en los Festivales siendo una cabeza de cartel. Si este es el anticipo de lo que la gira de Mayhem se trae entre manos, los fans de esta señora saldrán de allí encantados.
Nueve canciones de Mayhem, cuatro de Born This Way, cinco de The Fame -incluyendo The Fame Monster-, Shallow, Die With A Smile y el vacío legal para Joanne, Chromatica y Artpop, aunque también tuvieron momentos de homenaje a través de los visuales. Eso sí, ¿qué mejor lugar que Coachella para ajusticiar algo más Perfect Illusion? En cualquier caso, un repaso de hits y álbum tracks celebradísimos en los que las ausencias llamativas se contaron con los dedos de una mano. Quizá sorprendió la de Just Dance, omitida por primera vez en 17 años en sus shows.
A lo largo de cinco actos, Gaga jugó al ajedrez contra sí misma (espectacular la puesta en escena para Poker Face), salió de una tumba rodeada de esqueletos en Disease (buena forma de darle su lugar, desde luego), homenajeó el universo de Paparazzi en un precioso paseillo con mucha tela volante y muletas, hubo varios números al piano, con alas, con esqueletos, con mucho elemento victoriano…
Un toque de Shakespeare que demostró que, cuando Gaga atina como estrella del pop, no veas si atina. Ha dejado el nivel del festival altísimo.