Nos imaginamos a los miembros de La Pegatina, y especialmente a su líder y compositor de ‘La Venda’ de Miki, Adrià Salas, con la mandíbula totalmente desencajada, los ojos como platos, la rebequita cruzada y la mano en el pecho sosteniendo un abanico, cuando le comunicaron, hace un par de días, que Eurovisión iba a celebrarse en Israel. “¿Qué me dices?”, le dijo entre sofocos a alguien que se le acercó por la calle a contárselo. Cómo si no iba a haberse enterado él.
A raíz de este encuentro que hemos imaginado en nuestras mentes, pero que es más que factible que se diera así, los chicos de La Pegatina han lanzado un comunicado a través de sus redes sociales desmarcándose de Eurovisión, aclarando que “nunca se plantearon acudir” y “menos aún este año“.
Es fantástico que digan “menos aún este año”, porque indica que el resto de años tampoco se plantearían acudir, qué ordinariez, que bajeza ir a ese Festival. Bueno, amigos de La Pegatina, preparad las rebequitas, porque se os viene otra sorpresa desagradable: el micrófono de cristal, el premio del ganador de Eurovisión en cuestión, se lo lleva el compositor del tema, no su intérprete. Es decir, que ese Festival al que “no os planteáis ir”, lo podríais terminar ganando vosotros.
Pero centrémonos en lo de siempre: “si riilici in Isriil”, “quindini prifindiminti”.
No 👏 haber 👏 enviado 👏 una 👏 canción 👏 para 👏 Eurovisión 👏 y 👏 haber 👏 ganado 👏 en 👏 royalties 👏 y 👏 minutos 👏 de 👏 televisión 👏 con 👏 ella.
Al menos no para este año, es que no se puede ser más incoherente. No es como si Eurovisión hubiera decidido su sede después de la preselección española: cuando La Pegatina envió su canción, sabía perfectamente dónde iba a realizarse el Festival.
Y no seremos nosotros los que salgamos a defender a Israel y muchísimo menos sus políticas con el pueblo Palestino, pero ocurre una cosa en este país que es bastante graciosa de ver. Eurovisión se convierte en una diana facilísima para volcar todo este tipo de speeches, que son fantásticos, pero que generalmente sólo paga el festival. Ejemplo: el Giro de Italia arrancaba el pasado año en Israel y ¿alguien ha montado un escándalo por ello, ha salido a boicotearlo o lanzado algún comunicado al respecto? Decenas de eventos al año se celebran en Israel sin que nadie levante la voz, pero Eurovisión, que sigue vendiéndose en España como algo casposo y de target fácil, es una forma fácil de vender ideales y posicionarse, aunque se participe de ello como es el caso.
Va a tener que andar con ojo La Pegatina cuando anuncie sus giras mundiales, no sea que, como ya ha sido el caso, pise algún país que Amnistia Internacional publique en sus informes sobre derechos humanos porque se vulneren varios de forma continuada. Imaginamos, de hecho, que estarán tremendamente preocupados también por la venta de armas de España, con lo que esperamos que cancelen su gira, o envíen algún comunicado al respecto.