Hay algo entre Camila Cabello y su vertiente latina que no acaba de hacer click, y mira que la hemos venido reclamando desde que su carrera arrancara: si lo recordáis, la artista ni siquiera pensaba promocionar ‘Havana’, que su segundo single iba a haber sido ‘OMG’, pero el tema latino cogió carrerilla en listas y no le quedó más remedio que asumirlo. Después, regrabó su debut y creímos que lo haría para aprovechar ese lado más latino, y sin embargo, no fue así: las maracas se limitaron al single de raíces cubanas y ‘She Loves Control’, el otro single evidente del álbum que espera su salida oficial como agua de mayo.
Y aún y con esas, tampoco está siendo así: Cabello está estirando el chicle de ‘Never Be The Same’ -top10 en Estados Unidos gracias a la suma del original y un remix con el cantante country Kane Brown– y en vez de continuar promocionando el disco con el otro tema, ha optado por refugiarse en una nueva producción de Pharrell Williams, ‘Sangria Wine’.
A priori, uno dice Pharrell, dice Camila, ve el título del single, y enseguida se lanza a pensar: buah, menudo bop del verano se habrán montado estos dos. Y no, lo cierto es que no es ningún bop. ‘Sangria Wine’ intenta resultar tan chic y tan moderadamente latina que se queda en tierra de nadie: como número urban es bastante poca cosa y desde luego, su latineo no va absolutamente a ningún lado, por mucho verso empoderador que le hayan metido a Camila con calzador en él.
Todo tenía que haber tenido un tono más festivo, más bailable, más de maraca y volante, pero una vez más, todo lleva el sello de esa Camila que no quiere ser latina, simplemente la invitan a serlo. Y ella acepta a regañadientes.