Como os contamos hace unos días, Álex Ubago está inmerso en la campaña de celebración de sus veinte años en la música. Va a pasar el cumpleaños lanzando temas de un recopilatorio de hits a dúo con nuevos artistas, lo que ha hechos que nuestras alarmas salten ante el nuevo ‘Sin Miedo A Nada’. Porque vistos los derroteros de la industria actual, lo mismo nos acaba colando en la canción a Omar Montes o Beret, y Dios lo libre de sustituir a EMEIE por semejantes entes. Lo llevaremos a Fiscalía y creednos, tenemos a todo el equipo de abogados preparado para actuar en cuanto el delito sea cometido.
Pero por ahora, la situación se mantiene en terreno respetuoso, con un primer lanzamiento, ‘A Gritos De Esperanza’, en el que tanto él como Jesús Navarro, de Reik, rinden homenaje en condiciones al que fuera su segundo single. Sí, tiran un poco del clásico oversinging de cuando uno versiona una original, pero por lo menos no llegan al punto de Bustamante, al que por poco le estallan las cuerdas en la revisión de ‘Dos Hombres Y Un Destino’. Se han contenido en ese sentido y tampoco abusan.
Eso sí, de lo que sí hay un abuso es del movimiento de Jesús Navarro, que parece que necesite que alguien le pase rápidamente un boli, una tuerca, una goma elástica con la que entretenerse y dejar las manos quietas. Porque el muchacho no para. Se las pone en la cara, se las lleva al pecho, las estira, las encoge. Por un momento uno no sabe si está viendo al cantante de Reik o una parodia de Antonio García Ferreras. Si realmente el dúo es con Rozalén y sólo ha podido venir la intérprete de lengua de signos. Si está comunicándose y pide a su sello, de forma discreta y por señas, que lo dejen de meter en todos los dúos del planeta.
Claro, contrasta mucho con Ubago, que lleva una guitarra encima porque creemos que la tiene pegada a la camiseta básica desde 2001, y está la mar de entretenido. No tenemos claro si el dúo mantiene las distancias por aquello del Covid, o porque Álex tenga miedo de que en algún movimiento en clave Raphael, Jesús Navarro termine soltándole un guantazo.
