Si os fijáis, hay una máxima en el pop que siempre se cumple: ni un sólo álbum que tiene previsto ser un éxito retrasa la fecha de su lanzamiento. Cuando un lanzamiento se retrasa, todos sabemos automáticamente lo que va a ocurrir con él: un mes en listas, cero unidades de hits y pasar página del mismo un mes después de que haya visto la luz. Hemos vivido este proceso tantas veces que hemos perdido la cuenta.
Y generalmente, todo proyecto retrasado tiene su origen en “problemas con la producción”. Problemas que nunca tienen una explicación mucho más allá, son simplemente indescriptibles, muy complicados para que el público pueda llegar a entenderlos. ¿Se cancela una gira? “Problemas de producción” hace las veces del “nadie ha comprado entradas“, ¿se retrasada un disco? “problemas de producción” hace las veces de “veamos cómo salvamos esto”. Es el eufemismo favorito de cualquier popstar viviente. Y de Katy Perry.
De modo que ‘Smile’ ha sido retrasado: no se publicará el 14 de agosto, sino el 28. Demos un poco de margen para que la gente vuelva del verano, podamos dejar caer algún adelanto más y esperar a ver si la situación se normaliza en Estados Unidos, donde ahora mismo las compras de este estilo se antojan complicadas.
No sabemos si el flojo funcionamiento de la canción que da título al álbum ha tenido algo que ver con la decisión (lleva 9 millones en Spotify en sus primeras tres semanas), pero lo cierto es que ‘Smile’ cada vez pinta a marcarse un tropiezo que dejara a ‘Witness’ como un mero underperformance.
Para compensar a sus seguidores, eso sí, Katy se conectará a directos de media hora cada domingo hasta la salida del álbum o el nacimiento del bebé, para charlar con el público, compartir adelantos del álbum, etc. Con la suerte que rodea a todo este disco, dará a luz el sábado. Mark my words.
