Calvin Harris ha dado una vuelta de tuerca a su sonido en ‘Funk Wav Bounces Vol. 1’. En realidad, podríamos hablar de lo mucho que se ha desgastado el dance en los últimos años y en lo necesario que era que Harris diera otro toque a su música, pero si echamos un vistazo alrededor, parece que la gran mayoría de DJs se han dado por aludidos, excepto David Guetta, que aún se resiste a abandonar el sonido de club-pop rándom del que se adueño a finales de los dosmiles.
Harris ha sido, eso sí, uno de los más inteligentes a la hora de mover ficha: en vez de tirar hacia el previsible golpe tropical del resto, o manejarse en un pop gobernado por Justin Bieber, ha optado por tirarse a la piscina con los sonidos de la música negra, y juguetear con el R&B, el pop, el hip-hop y el rap en su último trabajo.
Antes de ahondar más en él, quedémonos con nuestros tres cortes favoritos del disco:
Slide (Feat. Frank Ocean & Migos)
Tan interesante es ‘Funk Wav’ que ha conseguido incluso lo que parecía imposible: lanzar a Frank Ocean ha marcarse un uptempo sencillo, radio-friendly, directo, que bien podría haber sido un hit para Jamiroquai años atrás. Manejado con inteligente elegancia, la producción de Harris brilla sobremanera bajo los versos arrastrados de Ocean. Aunque chocó con el público de primeras, ‘Slide’ ha terminado funcionando bastante bien, como el tercer tema más popular del DJ en Spotify, con más de 300 millones de escuchas.
Holiday (Feat. Snoop Dogg, John Legend & TakeOff)
Otro de los nombres de relevancia que se ha conseguido embolsar Calvin Harris para el proyecto es John Legend, que deja un estribillo con una tremenda clase en este corte, el más breve del álbum sin llegar a los tres minutos, y que está abrazado por el buen hacer de Snoop Dogg y TakeOff. El primero, con más o menos acierto en sus elecciones discográficas propias, sigue demostrando ser un invitado de lujo cuando se le da una buena idea de apoyo. ‘Holiday’ es un corte soul sensual y sofisticado.
Skrt On Me (Feat. Nicki Minaj)
Lo más cercano a los ritmos tropicales que se puede uno encontrar en ‘Funk Wav’ es este corte entretenido con Nicki Minaj, que distorsiona su voz hasta hacer de ella casi un instrumento más en la canción. El resultado es bastante divertido y se agradece dentro del proyecto completo. ‘Skrt’ es bailable, tiene un estribillo simpático, y Nicki se muestra como pez en el agua cuando suma una parte rapeada al resto cantado. Es claramente single material.
En términos generales, lo que Calvin Harris consigue firmar en su breve nuevo álbum -dura poco más de media hora-, es un trabajo conciso, coherente, y absolutamente elegante, bastante por encima de sus anteriores lanzamientos, que siempre destilaban ese sabor a recopilatorio de singles sin demasiados puntos de unión más allá del clubbing. Aquí, el baile es más de cóctel que de copazo, sus producciones están más medidas, consiguen sonar más a 2017 cuanto más al pasado miran (su más reciente hit ‘Feels’ o ‘Heatstroke’, que tiene un toque disco exquisito jugueteando con toques de otros estilos) y cuando tira al R&B más clasicón, como en ‘Faking It’ o ‘Hard To Love’, termina firmando dos canciones por las que una Mariah Carey mínimamente inteligente mataría.
Esta costumbre camaleónica de Calvin Harris puede resultar en que, con el paso de los años, no sea visto sólo como un DJ que pueda llenar salas y festivales, sino como uno de los productores más importantes de esta década: al fin y al cabo, promesas como Kehlani, Khalid o Migos ya han caído bajo los encantos de alguien capaz de reunir en un disco a Ariana Grande, Pharrell, Katy Perry, Snoop Dogg, Nicki Minaj, Future o Big Sean.
