Mes de mayo, mes de Eurovisión, momento oportuno de reunir a la familia o amigos y sentarse delante del sofá y delante de Twitter a hablar de lo que nos parecen las propuestas del resto de países europeos, generalmente un cuadro de comedor. Eso, teniendo en cuenta que las nuestras son, por normal habitual, obras que podríamos exponer en el Thyssen, pero lo pasamos por alto para poder pensar, anualmente, que vamos a encontrar una plaza en el top10. No hablamos de Alfred y Amaia, ojo, que es un comentario históricamente aceptable para España.
Este año, la primera semifinal de Eurovisión se ha denominado ‘de la muerte’, por el nivel que los finalistas de la misma tenían y lo difícil que iba a resultar conseguir una plaza para la final. O eso se comentaba durante la retransmisión, porque francamente, nosotros vimos el nivel habitual y más bien pocas sorpresas durante el anuncio de los pases.
El escenario de este año, que ha decidido prescindir de las pantallas LED y darle a todo un aire de concierto en directo con un montón de luces ha provocado que muchas actuaciones resultaran algo monótonas -nuestro compañero Borja Terán ha escrito una crítica bastante acertada sobre el tema-, pero a pesar de ello, la primera semifinal de Eurovisión ha vuelto a ser un evento musical digno de ser aplaudido y comentado.
Estas son las diez canciones que han conseguido plaza para la final del sábado:
Albania | Eugent Bushpepa | Mall
Lo que moló | El cantante albanés era una apuesta segura del pais, el típico perfil de hombre de gran tesitura, capaz de alcanzar agudos imposibles, que suele gustar en Eurovisión. La canción, para ser pop-rock, resultó llevadera.
Lo que no moló tanto | Eugent hubiera lucido más su tremendo registro de no haberse tirado dos de sus tres minutos a grito pelado. Llegó un momento en el que resultó molesto de escuchar, porque no había variación en el tono: una vez arriba, no hubo manera de hacer que se relajara.
Austria | Cesár Sampson | Nobody But You
Lo que moló | La canción, un número algo Sam Smith de tiro pop-soul bastante atemporal que, a diferencia de lo de Albania, sí fue cantado con bastante gusto por Sampson. La plataforma con focos: puestos a darle un punto de concierto en directo al show, Cesár fue a por todas.
Lo que no moló tanto | La desconexión entre el vestuario y el tema, llamadnos clásicos, pero el muchacho parecía parte de una boyband griega que iba a montarse una coreografía absurda con un tema pop. Ese primer plano entre sombras en el que puso cara de haber visto un fantasma al arranque del tema.
Bulgaria | Equinox | Bones
Lo que moló | La canción búlgara era moderna. Tenía un punto soul, pero mezclado con electrónica, era oscura pero terminaba por explotar en un estribillo bastante entretenido, el efecto glitch -por mucho que nos pese su uso- funcionó para ellos, y la estética, un poco Black Eyed Peas, también fue a su favor.
Lo que no moló tanto | La cutrísima peluca de ella, para empezar. El directo deslució un poco el tema, algunas armonías estaban muy poco pulidas para ser una banda de cinco personas.
Chipre | Eleni Foureira | Fuego
Lo que moló | Francamente, todo. Eleni se presentó sacando el máximo partido del escenario, de la iluminación, los fogonazos más acorde imposible, y tuvo la mejor realización de la noche, que para ser honestos, tampoco fue ninguna maravilla por norma general. Además, para ser un número con tanta coreografía, mantuvo el tipo tremendamente bien en lo vocal.
Lo que no moló tanto | Por sacarle alguna pega, sí, hay mucha influencia de Beyoncé en la coreografía y aspecto.
Estonia | Elina Nechayeva | La Forza
Lo que moló | Suponemos que Elina canta muy bien ópera, aunque tampoco somos expertos. Enhorabuena por ello.
Lo que no moló tanto | Fue una de las actuaciones menos realistas de la noche. Es decir: nadie en su sano juicio compraría esta canción fuera de lo que es Eurovisión. Un auténtico cliché digno de ‘Got Talent’ al que no le faltó nada; la falda con proyecciones que no habíamos visto nunca, el exceso vocal que no habíamos visto nunca y, oh dios mío, el cuadragésimo quinto número de ópera en Eurovisión de los últimos seis años. Todo muy original e interesante, claro que sí. Pasó por el anual voto de talent show a alguno de los participantes, pero debía haberse quedado fuera.
Finlandia | Saara Aalto | Monsters
Lo que moló | Saara, que está loca y siempre hay que darle una oportunidad. Quedó segundo hace un par de años en ‘The X Factor’ y le tenemos el cariño suficiente como para apoyar su pase a la final. El hecho de que apareciera dando vueltas en una rueda.
Lo que no moló tanto | Que no la queremos tanto como para obviar que la canción llega una década tarde, no puede resultar más rancia. Saara tiene un directo complicado: a poco que empiece a desafinar, le cuesta bastante volver a centrar sus notas y suele ser bastante peligrosa. Fue tan cliché eurovisivo como la propuesta de Estonia, pero en su versión uptempo.
Irlanda | Ryan O’Shaughnessy | Together
Lo que moló | Fue de los pocos (¿el único?) que tiró de teatralización durante su canción en la primera semifinal. La canción, tremendamente Ed Sheeran, era tan amable que resultaba difícil no pensar que pasaría. La elección LGTB de su puesta en escena, que parece mentira, pero rara vez ha sido representada de una forma tan sencilla.
Lo que no moló tanto | La canción, sin el atrezzo que la rodea, no es especialmente entretenida, tirando incluso a servir de nana. Vocalemente, su cantante es bastante limitado y pasó la mitad del tema en un falsete que no terminaba de ir a ninguna parte.
Israel | Netta | Toy
Lo que moló | La canción es un hit, no vamos a obviar la evidencia: es, de todas las presentadas anoche, la más fácil de recordar, entre onomatopeyas, gatos, bailarinas y lo rococó del look de Netta. Explota en un estribillo contundente y tiene un mensaje algo feminista.
Lo que no moló tanto | La canción se hunde en el directo, para ser honestos: el show, justito. La voz, justita. La parafernalia, excesiva y mal empleada. Súmese a esto que la realización de su número fue un auténtico cuadro, algunos planos no le hacián ningún favor a la canción. No es de sorprender que volviera a provocar una caída de la propuesta en casas de apuestas.
Lituania | Ieva Zasimauskaitė | When We’re Old
Lo que moló | Lo comedido y calculado de su puesta en escena, todo sencillito, directo, sin ruido de más, centrándose en vender una canción cuya base es precisamente la sencillez. Muy bien ejecutado.
Lo que no moló tanto | Para empezar, que es la balada que, por ahora, más le va a hacer la puñeta a España: el concepto es prácticamente idéntico con distinta ejecución, pero parte con mayor aceptación. El paripé del final, que luego le criticaban a Almaia cerrar con un beso, pero es que anoche el que no lloraba al terminar parecía no ir a recibir una paga estatal.
República Checa |Mikolas Josef – Lie To Me
Lo que moló | Mikolas es de esos que tiene, como Netta, un hit entre manos. Jason Derulo mataría por esta canción, por ejemplo. El look de nerd venido arriba suele ser infalible en estas situaciones y le dotaba de bastante encanto. El espíritu de superación de Josef: recordemos que sufría una fuerte lesión de espalda hace apenas unos días, y madre mía si salvó los muebles anoche.
Lo que no moló tanto | Le ocurre igual que a Israel, frente a propuestas como la de Bulgaria, por ejemplo, esta canción destila cierto tinte demodé. La mochila, que no entendíamos durante lo ensayos y seguimos sin entender anoche, igual que el bailecito de ‘Swish Swish’ que no podía estar más puesto por el ayuntamiento.