La Asamblea General de la UER ha tenido lugar esta misma tarde. Una asamblea clave porque en ella debían debatirse los nuevos estatutos de Eurovisión y con ello, la participación o no de Israel en el Festival, que sería votada en caso de negativa a estos mismos.
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Ocurrida la votación de los estatutos, con 738 votos a favor y 264 en contra, la presencia de Israel no ha sido posteriormente votada y se garantiza su presencia en el siguiente Festival. Lo hace, según la UER, por la intención de no politizar el Festival, en el que dicen, compiten televisiones y no países. Países como Rusia, Bielorrusia o Hungría podrían tener mucho que decir sobre este fantástico statement que la UER ha soltado con un par de huevos del tamaño de los de una avestruz.
España, por tanto, se baja del carro de Eurovisión: RTVE ya dijo, hace apenas unas jornadas, que su decisión sobre participar seguía dependiendo de la presencia de Israel y el programa Malas Lenguas, de La2 de TVE, ha dado por oficial la salida del país del Festival.
No es el único, porque según se conocía el resultado de la votación de la UER la televisión pública de Países Bajos comunicaba su salida de Eurovisión. Recordemos que el país ha sido el mayor sufridor de la manipulación de votos y medios de Israel, cuando vio descalificado a su concursante en 2024 a causa de una agresión a una cámara que terminó quedando en la más absoluta nada, poco después de sufrir un altercado en los pasillos por parte de la delegación israelí.
La salida de España de Eurovisión es un acto de absoluta justicia que deja clara la crisis que se le viene encima al Festival si algún país más de peso se retira. Por dar datos, España dio 5,7 millones de espectadores al total del año pasado y en Países Bajos, el share de la gala fue de más del 70% en 2025.
Veremos.
ACTUALIZACIÓN: La televisión pública irlandesa también abandona el concurso minutos después del anuncio de la votación. La última edición del Festival promedió un 30% de share en el país.
