No es un buen día para la mujer que, en mitad de Londres, gritaba entusiasmada “Stop Noah Cyrus”. Un reflejo del sentimiento de gran parte de la sociedad, que veía como la hermanísima seguía emperrada en lanzarse como artista, igual que previamente habían hecho Jamie Lynn Spears, Ashlee Simpson, Solange Knowles o Arancha Fergó. Puede que una de las de la lista sea inventada, pero mataríamos por un álbum suyo.
Insistimos: mal día para la muchacha, porque sus palabras han caído en saco roto. Un saco cuya arpillera estaba hecha un auténtico desastre desde hace años y que nadie se había molestado en rematar. Qué poco amor por el saco, cuando se preveía que esta situación podía darse: años llevaba Noah Cyrus publicando EPs esperando al momento de lanzar su primer disco.
La conocimos en 2016 con su único hit en listas hasta la fecha, ‘Make Me (Cry)’, pero a la chita callando Noah ha ido consiguiendo algún single certificado extra en Estados Unidos. De hecho, ahora mismo maneja 11 millones de oyentes mensuales en Spotify y tiene varios singles por encima de los 200 millones de escuchas. De nuevo, la señora del ‘Stop Noah Cyrus’ llevándose las manos a la cabeza.
Pero más lo hará el 15 de julio, porque ese día se pondrá a la venta ‘The Hardest Part’, el que será su álbum de debut. No más EPs, ni mixtapes, ni historias. El álbum debut. Esta es la definitiva. Y el disco llega presentado con ‘I Burned LA Down’, una balada country pop que hará las delicias de los veinteañeros amantes de Miranda Lambert que sólo la escuchan en casa por miedo a que la sociedad los considere boomers antes de tiempo.
El vídeo oficial muestra a Noah Cyrus entre llamas y entre caballos. Llamas de fuego, no de animal que escupe. Que la frase podía dar lugar a equívoco.
