El camino hasta la publicación del tercer álbum de Lola Indigo ha sido, cuanto menos, curioso. Más que nada porque tanto la estética como ‘An1mal‘, que considerábamos el primer adelanto per se del disco, parecían indicar un movimiento hacia el club y la música dance en el catálogo de la cantante. Y de eso nada, a pesar de que el sentido común nos decía que si alguien debía liderar ese giro del pop, del urbano al dance, esa sería Lola Indigo.
‘El Dragón’ finalmente se ha quedado a las puertas de la ‘Discoteka‘ grabando TikToks con los ritmos más pegadizos y forjando con más acero la coraza que Lola Indigo se ha ido construyendo desde ‘Akelarre‘. En este sentido, sí, ‘El Dragón’ puede ser el más detallado de sus lanzamiento hasta la fecha. El que mejor ha construido sus canciones. Incluso el más completo. ¿El más eficaz? Tenemos nuestras dudas.
Sobre todo porque ‘An1mal‘, ‘Corazones Rotos’ y ‘Para Olvidarme De Ti’ pedían más refuerzos. Son piezas que miran al dance dosmilero, al garage de principio de siglo y al EDM de los dieces con notable solvencia. Pero ese despiporre de espíritu clubbing que vaticinábamos queda finalmente en un pub con cierre a las tres de la mañana.
Y si se quiere seguir con la fiesta, toca volver al sitio de siempre, al de confianza, al que te pincha pop-urban y sabes que va a darte los hits, pero pocas sorpresas. Y eso acaba siendo ‘El Dragón’, el local al que volver por el perreo y la garantía del trabajo bien hecho sin mayores sobresaltos.
‘Discoteka‘ y ‘Las Solteras’ son dos piezas para el desmadre grupal, el delirio copa en mano que exige cantar a voz en grito sus estribillos y dejarse después la musculatura bailando, esperando a que llegue ‘La Santa’ y demuestre que ‘El Dragón’ podía haber pegado a todo bastante más fuego. Porque esos cambios de tempo, ese rapping cargado de humor y actitud, esa historia en la que la amiga es ella misma… eso arde. Y es la mayor sacudida al terreno que ya venía fijado de antemano con sus dos discos predecesores.
Después, Lola mantiene sus referentes a la vista: ‘Slowmotion‘ -que cambió su título para evitar eurovisivas comparaciones- está inspirado en el ‘Turn Me On’ de Kevin Lyttle de 2003, y ‘Turismo‘ vuelve a traer a su universo el punk-pop de los primeros dosmiles, esta vez en una onda más relajada que la de ‘Spice Girls’. Sigue, eso sí, siendo la asignatura pendiente de Lola Indigo, el tema más insípido del álbum y el pulpo de este garaje tan lleno de herramientas mejor empleadas.
Compite con ese puesto de canción skippeable ‘Ultravioleta‘, un tema reggaetón extra previsible en el que Emilia y Duki, que participan en voz y autoría respectivamente, no han conseguido que la cosa brille, paradójicamente en contraste con su título.
Menos mal que ‘El Dragón’ cierra sus alas con dos bombas de muy diverso estilo: la primera, ‘El Tonto’, junto a Quevedo, que se ha convertido en uno de esos himnos post-ruptura ultra funcionales. Tiene un estribillo pegadizo, química entre sus intérpretes y a diferencia del tema junto a Emilia, irradia bastante entusiasmo. Se contagian sus ganas de celebración.
La segunda, ‘Dragón‘, con diferencia la mejor balada de Lola Indigo hasta la fecha. Tampoco es que se prodigue demasiado en el género, pero, confiando en el buen hacer de Belén Aguilera como co-autora, la artista muestra algo de vulnerabilidad poco habitual en sus composiciones y consigue que la canción resulte emocionante.
A ‘El Dragón’ le han cortado un poco las alas las expectativas dance y la mezcla final de estilos, tanto como su tracklisting, que ni siquiera los muestra ordenados de forma coherente. Pero con todo y con eso, lo que sí ha conseguido es dar otra capa de refinamiento al proyecto de Lola Indigo. A la tercera puede que no haya ido la mayor de las vencidas, pero sí la confirmación de que a este dragón le quedan coletazos por dar.
Temas clave: ‘La Santa’, ‘Corazones Rotos’, ‘Dragón’.
Nuestros juegos musicales en la web https://bet-on-red.fr/ - no es sólo una prueba de tu intuición, sino también una oportunidad de formar parte de un gran espectáculo.