Dua Lipa ha sufrido un fiasco digno de estudio con su último álbum, ‘Radical Optimism‘. No digno de estudio por la epicidad del mismo: realmente ha salvado los muebles con una permanencia en listas de unos cuatro meses en dos de sus bastiones comerciales, Estados Unidos y Reino Unido; pero sí porque el bajón de ventas respecto de ‘Future Nostalgia‘ debería ser un tema recurrente en redes sociales y Dua Lipa está consiguiendo salvar los muebles con inteligencia.
Cierto es que, como digo, ‘Radical Optimism’ no ha sido un desastre al nivel del último álbum de Shawn Mendes, Camila Cabello o Katy Perry, pero pasar de vender 9,5 millones mundiales del segundo disco al millón pelado de este… es un tema. Sin embargo, una de las cosas sensatas que ha hecho Dua Lipa es manejar a la perfección el equilibrio entre no olvidar que tiene un disco en la calle y no darle especial importancia para no enfatizar su flop. Y eso es algo complicadísimo.
El disco tiene tres singles publicados, y un cuarto, ‘These Walls‘, sirviendo como promocional en algunos territorios. De modo que no da sensación de abandono. Y con eso en la mano, Dua Lipa pudo desviar rápido la atención al tour del disco, en estadios y arenas a nivel mundial, que ronda unas 70 fechas globales y que, aunque ha arrancado ya, comenzará su principal recorrido a partir de febrero.
Y sumándose a ese anuncio de gira que, más allá de un anuncio habitual de cualquier artista, fue también una demostración de fuerza y una cortina de humo, ha publicado ahora el ‘Live From The Royal Albert Hall’, un álbum en directo que se grabó el pasado 17 de octubre en el reputado teatro londinense junto a la Heritage Orchestra. El lanzamiento se publica en multiformato y vuelve a desviar el foco de ‘Radical Optimism’, pero -otra vez- no lo abandona: el tracklist arranca con los 12 tracks del disco presentados en directo, a los que se le suman después ocho hits de los discos anteriores. ¿Veis lo del tema de ese complicado equilibrio que os decía?
En cuestión de mes y medio, Dua ha tenido listo un disco en directo que anima la atención hacia su persona como performer más allá del tercer álbum, aprovecha un momento de credibilidad como el del rollito orquestal y el Albert Hall y vuelve a poner el foco en el directo, que es realmente lo que Dua intenta vender de cara a los próximos meses para mantener su status de estrella del pop eficaz, con recorrido más allá de un tropiezo comercial.