Paulina Rubio ha puesto fin a siete años de silencio discográfico con ‘Deseo’, un álbum tremendamente esperado por un fanbase que, ha pasado los últimos tres años viéndolas venir, desde que Rubio arrancara con su nueva etapa en 2015. Una década, esta última, en la que la cantante ha tratado de hacerse con el público americano a golpe de recopilatorio spanglish, ha participado en el fallido ‘The X Factor’ de Estados Unidos y ha tratado de poner solución a unos cuantos problemas personales.
Con la llegada de este nuevo álbum, el undécimo de su carrera desde que arrancara 1992, Rubio pone de nuevo el foco en su proyecto musical, en el mercado latino y en conquistar a sus seguidores de toda la vida, intentando juntar varias piezas que la lleven a jugar sobre seguro.
Antes de seguir hablando del trabajo, veamos cuáles son las claves de ‘Deseo’:
Las dos caras de Andrés Torres y Mauricio Rengifo
Paulina se ha rodeado de caras conocidas para su nuevo álbum: colaboran Morat, Joey Montana, Fonseca Juan Magán, Xabi San Martín, Nacho, o los productores latinos más populares de los últimos años, desde que ‘Despacito’ se convirtiera en el mayor hit latino de la historia reciente, Andrés Torres y Mauricio Rengifo.
La pareja muestra sus dos caras en el álbum, y confirma que, a pesar de su eficaz trabajo, no siempre terminan dando en la diana. En sus manos quedan ‘Suave Y Sutil’, el último single del disco, que nos trae de vuelta a la Paulina Rubio de mediados de los dosmiles, en clave pop-rock y con las herramientas bien a la vista: la canción es prácticamente una revisión de ‘Ni Una Sola Palabra’, pero funciona igual de bien; pero también ‘Desire (Me Tienes Loquita)’, una auténtica chapuza que intenta mezclar los sonidos EDM con el reguetón y fracasa en los dos ámbitos, falta de una vuelta que afine un sonido que parece de pista demo.
Un disco con pocas novedades
Si algo sorprende en esta nueva era de Paulina, es que la cantante haya decidido utilizar ‘Deseo’ como un recopilatorio: de sus 10 canciones, apenas 5 son nuevas para el oyente, y el resto, está compuesto de singles lanzados en los últimos tres años. La inclusión de la citada ‘Desire’ tendría sentido, pero han pasado dos años desde ‘Si Te Vas’ o ‘Me Quema’, y más de tres desde ‘Mi Nuevo Vicio’, por lo que el disco fracasa también en generar un factor sorpresa más allá de momentos muy puntuales.
La sensación general tras varias escuchas es que ‘Deseo’ es un recopilatorio para salir del paso, casi más en modo mixtape más que en modo álbum, como le ocurrió a Shakira con el no mucho mejor resuelto ‘El Dorado’. Se intuyen prisas, se intuye poco cuidado, y la sensación de contenido inconexo recorre todo el disco: cada una de las canciones podría funcionar por sí misma, pero no como acompañante de la siguiente.
Una Paulina que no funciona fuera de su zona de confort
Es interesante ver a Rubio tratar de ponerse al día con las modas, haciendo uso de bases más urbanas, tratando de incluir elementos de dancehall o EDM a algunos cortes, aunque no le haya salido bien en ninguno de ellos. Es interesante porque, en el fondo, se intuye a una Paulina todavía ambiciosa, aún deseosa de jugar en la misma liga que otros tantos artistas latinos de nueva era que han aprovechado su ausencia para adelantarla e ir dejando su perfil más y más atrás en la carrera.
Lamentablemente, en ‘Deseo’ sólo funciona la Paulina sobria, la poco arriesgada de ‘Si Te Vas’, ‘Hoy Eres Ayer’ o ‘Suave Y Sutil’, que tiran de sonido de directo y nostalgia para convencer a quien la escucha. Curiosamente, la pista más moderna del disco es ‘Mi Nuevo Vicio’, que llega tardísimo al tracklist, pero que debía haber sentado las bases para el regreso de Paulina: una vuelta más acorde al perfil que muestra en la carátula del disco, comercialmente viable, pero además, con gusto en la composición y los arreglos.
Y es que no sólo de urban vive el mundo latino, y ese pop-rock melódico es el que saca a la mejor Paulina. Y ella lo sabe: ‘Lo Hare Por Ti’, ‘Causa Y Efecto’ o ‘Te Quise Tanto’ se lo han venido mostrando a lo largo de los años.
Esa última Paulina, sin embargo, ha cedido demasiado el mando de controles a la búsqueda de un single que le regale un pelotazo y salve una era falta de hits, pero se ha equivocado de pleno: ‘Late Mi Corazón’, junto a Juan Magán, es una bochornosa pieza pachanguera en la que el equipo del catalán ha debido invertir poco más de quince minutos, ‘Cuanto Te Quiero’ parece sacada del enésimo volumen de un disco del ‘Cantajuegos’, y ¿por qué le ha dado arreglos reggae a ‘Entre La Luna Y El Sol’, cuando la pista vocal evidencia que es una ranchera?
‘Deseo’ muestra, como decíamos, a una Paulina peleona y ansiosa de foco, pero se ha abandonado a un montón de pistas llenas de mucho que no dicen nada. Habrá quien diga que Rubio siempre ha sonado veraniega, que siempre ha tenido por bandera ese punto verbenero de ‘Boys Will Be Boys’, ‘Baila Casanova’ o ‘Vive El Verano’, y es cierto, pero os animamos a algo: dadle una escucha al ‘Paulina’ de 2001, y veréis como por entonces, con ese mismo objetivo, sabía bastante mejor lo que se hacía.
Ahora mismo, sólo se escucha a una Paulina llevada y traída, como un títere, por un equipo que no sabe muy bien qué hacer para estirar un chicle más que mascado.