Los Angeles ha recibido su homenaje al arranque de la última gala de los Premios Obscar, que diría Belinda. La ciudad, que ha sufrido devastadores incendios en los últimos meses, ha tenido ahora que sufrir la tragedia del discurso de Conan O’Brien que la ha dejado aún más destruida. Para compensar, antes de su interminable speech, Ariana Grande intepretaba Somewhere Over The Ranbow, de El Mago De Oz, como señal de que después de la tormenta siempre llega una calma más colorista.
La cantante salía vestida, no solo con los zapatos de rubíes rojos de la película de los años 30, sino literalmente de zapato, con el tacón visible en la parte trasera del vestido. Después, aparecía repleta de flores Cynthia Erivo para homenajear a otra película del universo Oz, The Wiz, a través de Home, una de las canciones de la película.
Después de ello, ya juntas, interpretaban el clímax de Defying Gravity, ya de Wicked -que se volvería a casa con dos premios de entre sus diez candidaturas-, para después apartarse Ariana del escenario de forma algo cómica y dejarle a su compañera el momento de brillar con las partes más intensas de la canción. Desde una esquinita del escenario, Grande miraba con orgullo a Erivo, no solo porque hayan sido compañeras, sino porque como plano de gala quedaba estupenda.
Tanto Ariana como Cynthia estuvieron espléndidas y dieron el único número musical afinado de la noche en la ceremonia, la verdad. Y eso que tenía grandes expectativas con Lisa, Doja Cat y Raye, que a pesar de la espectacularidad, su número no estuvo vocalmente on point en absoluto.