Estrenamos nueva sección -no paramos oiga, no paramos, estamos que lo regalamos-: una en la que analizaremos las más llamativas carátula de álbumes, singles, mixtapes, EPs o lo que se nos ponga en la punta del cover y decidiremos si habría que amarlas – #TeamHilary – y odiarlas -#TeamDavid-: arrancamos con ‘Tu Cover A Juicio’.
Hoy vamos a valorar la carátula del nuevo álbum de Ana Guerra, ‘Reflexión’, que llega después de la edición de varios singles y la polémica por su más que discutible tracklist. Así es su portada oficial, con bien de marco blanco:
La carátula de Ana cumple al menos con la premisa de eleganza que nadie esperaba de ella: la cantante posa con un conjunto chic, mirada chic, y pose de modelo de Instagram en ‘Reflexión’. Cuenta además con algo que siempre nos gusta en la carátula de un álbum, un marco blanco enorme a los lados, que por algún motivo, siempre nos resulta bastante estético. Llamadnos vigilantes del Museo Thyssen.
Otro de los motivos por los que amar la carátula de ‘Reflexión’ es que Ana Guerra sale estupendísima, porque, las cosas como son, a fotogénica y bella no la gana ni Moncho, en paz descanse. El efecto espejo de la fotografía, además, nos deja ver diferentes ángulos de Ana, para descubrir que por todos sale bien. Lo mismo da verle el lóbulo, el mentón o la cara casi al completo, que es eficaz en toda pose.
Vamos a hacer también mención a lo elegante de la tipografía de su nombre. ¿Es el logo más acertado considerando el contenido del disco? Se abre el debate, pero lo que está claro es que, desde luego, es mejor que copiarle el logo a AlunaGeorge o colocar sobre esa imagen un tipo de letra que nada tuviera que ver con ella. Con lo que, ahí, punto a favor.
Bien, arranquemos con lo más evidente: un disco que contiene ‘Bajito’, ‘Lo Malo’, ‘Ni La Hora’, y temas similares, ¿debería llevar por título ‘Reflexión’? Es probable que su tracklist reflexionado, lo que es a niveles de Platón, tampoco esté, ¿no? Lo mismo nos equivocamos, y Ana Guerra estuvo haciendo un profundo examen a sus temas hasta llegar a la conclusión de que incluiría todos y cada uno de los singles que había venido editando. Pero así, de primeras, tampoco apunta a eso.
Lo segundo es que, por mucha eleganza y pose que tenga la imagen, todo tiene cierto halo de Catálogo Venca: uno no sabe si la carátula vende música, un conjunto para un bautizo, lencería fina o los mejores moños que puedes conseguir en el Salon De Belleza Conchi. Tampoco ayuda a ello la tipografía del título del álbum, que parece haber sido sacada del catálogo por defecto de Office del 95, ayudado el diseñador gráfico por aquel molestísimo clip que ejercía de asistente virtual. El Juan Magán del Word.
Dicho lo cual, ¿amáis ‘Reflexión’ y sois #TeamHilary o la odiáis y sois #TeamDavid?
