Ni una gira de Adele sin que el drama la inunde: si no es porque tiene las cuerdas vocales de hacer 746 conciertos en 23 días, es que no llegan a Las Vegas las boas de plumas a tiempo y haber cómo iba a hacer ella el número de ‘Send My Love (To Your New Lover)’ en clave ‘Cabaret’. La imaginamos bajando por las escaleras, que tampoco habrán llegado y se haría un ‘OT 2002’ en toda regla, ejerciendo de Norma Duval en la espectacular adaptación del tema con un sampler de ‘Mein Herr’. Ese es el tipo de elaboradísimo show que, estamos seguros, la británica tenía en mente y no pudo hacer.
Porque canceló los conciertos de la ciudad americana a apenas horas de tener que empezar, por lo que más que probablemente, las miles de personas que debían verlo desde el público ya habían viajado a la ciudad desde diferentes puntos del planeta. Porque nadie vive en Las Vegas salvo que uno sea una persona que hace de Elvis en una capilla hortera o Celine Dion, valga la redundancia.
Y claro, tras la mastodóntica chapuza del no-show, Adele ha querido hacer un control de daños y se ha marcado un Taylor Swift, videollamando a algunos fans para pedirles disculpas personalmente y charlar con ellos durante algunos minutos. Y sí, muy cercana, muy maja, pero en peto: a American Airlines se la trae al pairo el Skype una vez cobrados los billetes. Y al NH de turno a las afueras de Vegas también; ya puede presentarse allí Adele con su centro de operaciones digitales, que la reserva se la van a cobrar igual igual a todos los hospedados por el show.
De momento, la artista ha asegurado que dará nuevas fechas para los conciertos, pero recordemos que canceló todos los shows, porque prevé que el retraso de los envíos se alargue más allá de abril, incluso. De modo que mucho nos tememos que esos shows pasen ya a después de verano o directamente se conviertan en la residencia imaginaria de Adele.
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