Parece que cada vez que Cher Lloyd publica un single hablamos de ‘comeback’, y resulta que hace apenas un año que volvío con ‘None Of My Business’. La canción estuvo lejos de ser un hit en absoluto, pero ahí está en Spotify, como su tema más popular superando los 22 millones de escuchas. Que sin ser para echar cohetes -porque estará muy divida entre diferentes mercados- tampoco es para menospreciar el resultado.
Por tanto, en ‘M.I.A’ los tiros siguen por la misma zona, y Cher sigue exprimiendo esa fórmula urbana de producción medianamente amable, aunque ahora viene acompañada de un estribillo distorsionado que podría no tener el mismo impacto que el melódico del single anterior. En cualquier caso, con los lanzamientos de Lloyd nos ocurre siempre lo mismo: en los vídeos vemos a una muchacha de actitud street, con mucho carisma urbano, pero luego termina haciéndose un Ana Guerra con los singles. Salvando las distancias. Demasiado amables, demasiado correctos, demasiado ni fu ni fa. ¿Dónde está la bomba de producción más agresiva que necesita alguien como Cher? Más ruidosa, más directa, menos planteada.
El vídeo oficial de la canción muestra a esa Cher ávida de ese tipo de corte. Con sus compañeras, marcando coreografía, en lugares con neón, con su patio con palmeras, con sus… erm, ¿planos del ‘Ya No Quiero Na’ de María Dolores De Indigo? Que de primeras, el pensar que Cher haya podido basar el vídeo en ese clip es complicado, pero es que hay varios momentos de patio con palmeras y miradas a cámara, que llega uno a pensar que ella estaba pensando que estábamos imaginando, que ella bailaba pa’ nosotros na’ más.
Luego también hay un sostén de peluche, pero a reach, your honor. De modo que en fin, vamos a disfrutar de su dance crew en ‘M.I.A’, de su melena al viento y de su todavía intacta capacidad de colar como interesante estrella del pop. Aunque no lo sea tanto.
