Empecemos dando el dato que, de primeras, os parecerá una gilipollez rotunda: los Premios Grammy han anunciado que cambian su fecha de entrega del 9 de febrero de 2020 al 26 de enero de 2020. Es decir, que por segunda vez en los últimos 44 años, los Premios han cambiado su fecha de emisión. La anterior vez ocurrió en 2009, por coincidir con los Juegos Olímpicos de Invierno, y el próximo año ocurrirá por evitar chocar de pleno con la ceremonia de entrega de los Premios Oscar, prevista para el mismo día.
Esto, como veís, es una chorrada en principio, la gala apenas se adelanta una semana, pero el cambio va a provocar una especie de efecto mariposa pop: la casualidad se puso un disfraz, y ahora el plazo de admisión de candidaturas se adelanta del 30 de septiembre al 31 de agosto. Es decir, que los temas y discos publicados a partir del 1 de septiembre no podrán ser candidatos a los Premios Grammy de 2020.
¿Y en qué afecta eso exactamente a la industria generalista? Pues bien, parece una bobada, insistimos, pero muchos artistas ponen la diana en septiembre para publicar sus nuevos trabajos, o los adelantos de los mismos, de cara no sólo a captar un mayor impacto en ventas y streams después del final de las vacaciones de verano, sino también por entrar en la admisión de los Grammy, una entrega de premios que aún hoy da un importante boost a sus nominados y ganadores.
De modo que, si el Q4 -el trimestre más potente, comercialmente hablando, del año- arranca normalmente en septiembre, este año podría hacerlo un mes antes, y que veamos como en verano, muchos artistas de primera fila ponen a la venta nuevos discos y singles. El verano suele ser una época muy tranquila a nivel de lanzamientos, pero este cambio de fecha podría hacer cambiar eso y que agosto se convierta en el mes de los comebacks de peso.
