Calvin Harris no quiere que el éxito de ‘One Kiss’ se quede descolgado del resto de su discografía, y ha optado por llevar su nuevo rollito house noventero a un nuevo single, ‘Promises’, al que ha puesto voz Sam Smith.
Ayer se ponía a la venta el tema, con Smith haciendo las veces de Dua Lipa -sin el pelazo, pero con unas similares ganas de vivir- y volviendo a una pista de baile con la que, en sus propios álbumes no, pero ya ha tocado unas cuantas veces para otros.
Como dato curioso, y aunque no aparece como featurette per se en la canción, Jessie Reyez es la encargada de hacer los vocals de fondo en el tema y añadir este o aquel sonido. Reyez, por cierto, acaba de publicar un nuevo single, ‘Sola’, que os recomendamos fervientemente.
Sam, en el centro de la polémica más absurda que recordemos
‘Promises’, un single de clubbing bastante adictivo, llega en la semana en la que Sam Smith ha sido diana de bastantes usuarios de las redes sociales. ¿El absurdísimo motivo de esta ocasión? Decir que no le gustaba Michael Jackson. Ojo, no insultarle, humillarle, embarrar su figura, no. Decir, en un vídeo de Instagram que no le gustaba. Y al parecer, desde que el artista muriera eso es algo absolutamente ilegal. No como cuando en 2003 la gente lo llamaba pederasta y su música estaba demodé y él acabado. Ahora dices que no te gusta y ya tienes encima hasta a LaToya.
Lo peor es que, más allá de lo absurdísimo de la polémica -si os contáramos la de clásicos que nos la bufan por aquí-, Sam estaba hablando de una canción que sí le gustaba. Lamentablemente, él, que aún está vivo, no goza de la protección del Twitter de la moralidad, con lo que tuvo que aguantar lo suyo durante varias jornadas.
