¡Y llegó el día de ‘La Fuerza’! No la del Jedi random de alguna película de ‘Star Wars’ sino la de Xtinta, que acaba de presentar el primer EP de su proyecto latino imaginario. Shaking los marracas, el disco de 6 cortes ha llegado a las plataformas digitales con el colchoncito que le aporta su nuevo single, ‘Santo’, que se espera funcione mejor que sus predecesoras, ‘Pa’ Mis Muchachas’ y ‘Somos Nada’, que no han conseguido la atención del público latino hasta hoy.
Veremos si este tercer single es el encargado de darle una alegría a Christina, porque cuenta con todas las papeletas: primero, la presencia de Ozuna, un imán del mundo streaming; y sobre todo, un estribillo que acabaréis tarareando hasta en misa, provocando que el cura de turno se ponga a perrear en el altar y más de una señora se cruce la rebequita en gesto de indignación. Al día siguiente, con toda probabilidad, el Papa lo hará llamar al Vaticano. No para excomulgarlo, sino para pedirle consejo con el movimiento pélvico, que él de santos se quedó en la época del ‘Santo, Santo’, de Gloria Estefan y So Pra Contrariar, y está más oxidado que Anne Igartiburu en la mente de Mariló Montero.
Con Francisco -el Papa, no el cantante de hijos no declarados al fisco- con la autoestima hasta el cielo y el perreo hasta el suelo, centremos el foco en otro de los asuntos de ‘Santo’: la humedad que invade su vídeo oficial. Ese entorno no puede ser bueno para Christina, por muy latina que sea y aclimatada que esté a los niveles ecuatorianos. Hay demasiada humedad en el cine al que acude a encontrarse con Ozuna. No es que el pelo vaya a encrespársele, que con el pelucón pelirrojo no hay problema a ese respecto, es que el musgo tiene vida propia allí. Es que la persigue, la rodea, el musgo se pone a bailar. El musgo no había tenido tanto protagonismo desde que se pusieron los Belenes a principios de diciembre.
Eso luego genera unos problemas de sudoración y transpiración que no son saludables. Hemos visto salas de cine con menos raíces en ‘Stranger Things’. Y Christina embutida en látex paseándose en busca del ‘Santo’ de marras. No hay polvos de talco que vayan a ayudarla a ponerse luego el pijama. Lo que realmente la salvaría allí es un buen Vick’s Vaporub unas horas después.