Sam Smith se ha aferrado a su sonido de cara a su segundo álbum, y bien que ha hecho, considerando que el resto de estrellas del pop parecen obcecadas con sonar diferente este 2017. ‘Too Good At Goodbyes’, lo nuevo del cantante, sabe al álbum anterior pero da un paso adelante, con una producción que coquetea con el R&B sin perder el hilo y desemboca en un estribillo góspel súper apetecible. Llamadnos raros, pero esto es, a grandes rasgos, lo que esperábamos de Kelly Clarkson a los 35, y no lo que hemos tenido.
Sam Smith tira de caras conocidas en su nuevo single, y se deja producir de nuevo por Steve Fitzmaurice y Jimmy Napes, con quienes ya trabajó en ‘In The Lonely Hour’ y con quienes ganó un par de Grammys, incluido el de Grabación Del Año por ‘Stay With Me’. Los productores también lo acompañaron en su anterior inédita, la canción Bond ‘Writing’s On The Wall’, que le dió a Smith un Globo de Oro y un Premio Oscar. Ahí es nada.
Viendo lo bien que funciona la ecuación de los tres agarrados de la mano, para qué iba el cantante a meterse en camisas de once varas. Firmará un álbum continuista, pero lo dicho, llegado el otoño de 2017, con todos alborotados por sonar urban, country o latinos, un poco de sobriedad y serenidad va a ser agradecida. Y veréis como Smith se libra de sufrir un varapalo como el de Emeli Sandé, cuya carrera en paz descanse, por manejar mejor fechas y lanzamientos.
https://youtu.be/AX8-YzMKZhQ