Ha arrancado ya la traca promocional eurovisiva, esa en la que los artistas se pasean por pre-partys, conciertos, dan lo mejor de si mismos para vender sus canciones y terminan hablando en un inglés relativamente fumable en entrevistas en los que les preguntan por el nombre de su gato, la gastronomía típica de su país, y que canción del concurso es su favorita para la victoria. “No sabría decirte, el nivel es altísimo”, responde entonces cualquiera de ello anualmente, prácticamente desde la victoria de Salomé. La de los flecos azules, no la canción de Chayanne, que tenía más un perfil de la OTI que de Eurovisión.
El caso es que el representante español, Miki, también se ha animado a presentar la venda en la primera europarada del tour promocional, el anual ‘Eurovision In Concert’ que se celebra en Amsterdam, y que además, empieza a servir para que las casa de apuestas empiecen a perfilar posiciones con las que luego rara vez aciertan. ‘La Venda’, a pesar del entusiasmo del público holandés, no se ha movido de su posición 21ª de 41 después de la noche.
Y eso que, como decimos, la gente se vino arriba con el tema de Miki, y entre los eurotwitteros europeos, la sensación era la de que el cantante sabe animar al público. También sabía Barei, y bien que se terminó comiendo un bottom 5 de manual. Así que, aunque nuestra favorita de la preselección española fuera ‘La Venda’, imaginamos que terminará en un dignísimo puesto 19-20 de la tabla general cuando Eurovisión termine.
Algo deprimente a lo que España está más que acostumbrada, como a las sequías de verano, el encarecimiento del bono de 10 viajes del metro de Madrid cuando llega enero, el mal rollo de la Familia Pantoja, o la gente que hace cola para entrar en el avión aunque tengan asientos numerados. Por lo menos, este año tenemos un representante que parece estar poniéndole ilusión al asunto.