Si has salido el primero de cualquiera de las dos ediciones de ‘OT’, tu táctica de renacimiento pasa por contratar a cuatro bailarines y marcarte un número de baile con un drop pegadizo. No lo decimos nosotros, lo dice la ley y lo recoge el BOE en su última edición, la de los viernes por la mañana. En España no tendremos tiempo para investir presidentes, pero ya os digo yo que legislar a qué debe sonar el primer single del primer eliminado de ‘OT’ lo hacemos. Y con una votación por mayoría absoluta.
Claro que entre Lola Indigo (2017) y Alfonso La Cruz (2018) hay distancia. Y no es porque el último no haya puesto empeño, porque ‘Nadie Te Va A Querer’ roza el bop latino. Lo roza, pero no lo alcanza. Necesitaba una estructura más clara, versos más directos que no cambiaran de melodía en cada estrofa. Es la primera asignatura de Ingeniería del Bop, y Alfonso la ha pasado con un 5 bastante pelao. Pero tiene un estribillo con un buen drop, un sampler salsero funcional pero un tanto reiterativo (‘I Like It’, ‘Back In The City’, ‘Dinero’…) y un vídeo con coreografía.
La distancia entre primeros eliminados, por tanto, se evidencia más en el carisma como artista. Alfonso La Cruz se pasa el vídeo fallando en eso, y en eso necesitaba dar en la diana desde el segundo uno. En eso y en no peronuneciare todas la palaberase como Nuria Roca en ‘Waku Waku’, pero eso es un glitch de todos los hombres latinos desde 1980.
Falta el artista: a Alfonso lo han vestido de líder urban, lo han rodeado de todos los elementos callejeros y latinos posibles, pero él sigue pareciendo demasiado ‘concursante de talent’. Es complicado de explicar, pero incluso cuando intenta derrochar actitud, se le ve a distancia del personaje que interpreta. Porque lo interpreta.
Puede que, si el público decide darle luz verde al proyecto, Alfonso vaya puliendo esos detalles con el tiempo, pero en un mercado sobresaturado de artistas masculinos haciendo latino, sin un debut contundente en todos los niveles, lo va a tener complicado.
