Aitana lleva unas cuantas jornadas anticipando su nuevo single, ‘Akureyri‘, que rompe un silencio discográfico que se antoja eterno en la era streaming pero que nos hubiera llevado a la saturación en 2009. ‘Alpha‘, su último disco, se publicaba hace 7 meses, pero ya hay seguidores que le pedían pasar página. Y efectivamente, la ha pasado con este tema, aunque de primeras no formará parte de su siguiente álbum. Salvo que reviente en streams, que entonces ya os decimos que sí que estará, por mucho que el disco tenga la idea de sonar a jota aragonesa.
‘Akureyri‘ se podría divivir en dos partes: lo que pretende como canción y lo que pretende como vídeo. Como canción, es una monería. Es como escuchar a aquella primera Aitana a la que le daban mum-pop una y otra vez porque no podía sonar demasiado urbana pero tampoco demasiado pop, ni demasiado en serio ni demasiado en broma, y acababa haciendo medios tiempos para señoras bien que se apuntaban a alfarería los martes por la tarde, sólo que con una actual buena canción. Con una melodía intimisma, con ese acústico que bordea lo folkie cuando Yatra se pone a silvar, con esa delicadeza de la que no acaba de salir de ‘OT‘ y necesita subir los decibelios hacia el final, para recordar a la gente que cantar, canta. ‘Akureyri‘ está libre más libre de pretensiones y es mucho más mona gracias a ello.
Ahora bien, lo que pretende como vídeo es otro tema. Casi un tercio de la grabación muestra a la pareja de viaje por Islandia. Los dos tercios restantes, son el vídeo en sí con su narrativa, pero con Islandia como decorado de la historia que se quiere contar. Pero la clave está en ese tercio final: un minutito extra dedicado a los vídeos caseros que intentan hacer que el público abrace un poco más al Yatra que quedó en el disparadero después de la ruptura y de comentar en un podcast que su periodo de fidelidad medio es de 7 segundos y 8 milésimas. Que, atendiendo a eso, no quedará persona en Islandia que no haya intimado con él, claro. La pareja de todo un país. El final de ‘Akureyri‘ pretende que volvamos a verlo con la visión de “ay, qué cuco”. No funciona.
De hecho, a la que le hace un favor es a Aitana. Igual que se lo hizo la visita al último ‘OT’. Nos hemos acostumbrado tanto a verla a tanta distancia que cuando la pilla la cámara de un móvil volvemos a recordar qué nos gustó de ella. Y vemos que sigue ahí. Y que es genial. Es como que ‘Akureyri‘ termina teniendo sentido… a pesar de Yatra.
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Será tu rollo si: tu película romántica favorita es ‘It’, te gusta más ABBA en sus momentos folk que en ‘Mamma Mia’, pensaste en ponerle a tu hijo el nombre de algún personaje de ‘El Señor De Los Anillos’.