Hemos llamado a nuestro coach emocional a primera hora de la mañana, tras escuchar el nuevo single de Agoney, ‘Más’, porque no estábamos preparados para él. Tras media hora de intensa y absurdísima terapia, le hemos confesado que antes de dar al play nos habíamos colocado un velo, encendido varias velas con olor a Balalá, puesto incienso en el tarrito del incienso y sacrificado un gato. Uno mecánico, que hemos desmontado por completo, y ahora tenemos el suelo repleto de tuercas.
Y ya preparados para un despliegue de intensidad del estilo de ‘Black’ o ‘Libertad’, esperando que Agoney presentara su vídeo con subtitulos en iraní, que el clip fuera tan conceptual que tuviéramos que matricularnos seis semestres en la Sorbona para conseguir descifrar su significado, y teniendo listas unas escrituras eritreas que nos ayudarían a introducirnos más en el single… descubrimos que ‘Más’ es una canción pop. Así. Sin más. Ahora tenemos que volver a montar el gato, y ya os avisamos: no va a haber coche que ese gato pueda levantar ya. Es una pena.
Eh, pero que no decimos lo de que es una canción pop como algo negativo, que tiene una melodía fantástica y un estribillo de esos para poner a prueba la resistencia de las mamparas de la ducha cuando hagamos karaoke. Es sólo que hay que hacerlo sin velo. Con print de leopardo. Con más colorín. Con más calma (y sangre fría, que diría LucaDirisio). Tiene también coros. Tiene también un momento en el que Agoney susurra sirviendo su mejor Lydia Bosch. Tiene una explosión final.
Es la canción eurovisiva que podría haber tenido sin tener que llevar flores de plástico en las manos. El single en el que servir melodía, voz y looks. Su género es fashion. Pero claro, seguimos descolocados, y con una mezcla de olores tremenda en la habitación, porque las velas se han mezclado con el incienso, y lo único que queremos ahora es montar una coreografía de clásico con Marbelys.
