Cami La Pelos sigue intentando sacar jugo de su carrera en solitario, y tras presentarse con varios features de mayor o menor éxito, su primer single como tal llegaba este viernes, ‘Crying In The Club’. Tras darle unas escuchas, sí, decidimos que era el enésimo rip-off de ‘Cheap Thrills’ de los últimos años, en el que Camila no se esfuerza ni en disimular que está cantando sobre la demo de Sia con la misma voz. Ni el sampler de Xtinta salvó su esfuerzo, ni lo hace ahora el vídeo oficial para la canción, que la hunde aún más en la miseria.
‘Crying In The Club’ podía haber sido un melodrama bailable fantástico, entre el R&B y el rollo latino que La Pelos saca a veces, pero no, se ha conformado con ser un B-Side de Nicole Scherzinger, y Cabello actúa como tal en su vídeo. Un montón de movimientos capilares, cambios de planos y filtros imposibles en colores neón y blanco y negro que hacen que el vídeo tenga una duración aproximada de diez meses, dos semanas, seis días y cuatro horas.
Por si no fuera suficiente con tener que aguantar sus contoneos con una canción tan tremendamente vaga como ‘Crying In The Club’, Camila quiere que la veamos como artista versátil y arranca el videoclip con un baladón infumable con más carga de autotune que de dramatismo. Y a aguantarla cantando semejante cosa durante minuto y medio si después quiere uno verla como colocada entre un montón de gente, dando bandazos.
La coherencia es tal en todo el proyecto, que Camila aparece en una bañera que después resulta ser un club, que es finalmente una bañera. De verdad, que poca memoria histórica tenemos, ni que fuera la primera “líder” de girlband que se la pega por no tener mira artística alguna. Por cierto, la canción está a puntito de ceder del top10 americano de iTunes y no aparece en el top40 diario de Spotify. Hora de meter el turbo, Cami, si no quieres terminar haciendo de modelo de catálogo Venca y jurado esporádica de este o aquel talent show de escasa audiencia.
