Alberto Montero, hasta ahora coreógrafo de los tours de Saiko, ha salido en defensa de su pareja, hasta ahora bailarín del artista, y ha acusado al artista y a su equipo de tener comportamientos homófobos con ellos y el resto del crew de bailarines.
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Montero, que ha dejado el trabajo después de sufrir —presuntamente— estas actitudes por parte del equipo de Saiko, ha compartido en Instagram una publicación en vídeo en la que explica lo que ha ocurrido en las últimas semanas, añadiendo algunos detalles del tour previo:
“Durante el primer año nosotros llevábamos el show, todo estaba de puta madre, pero siempre teníamos la sensación de que mañana nos van a despedir. (…) Ni conectábamos con el equipo, siempre nos dejaban apartados, no se relacionaban con nosotros. Incluso el propio artista prácticamente sólo saludaba al único chico heterosexual del grupo.”
Hasta ahí todo puede interpretarse como un poco bailarinas-de-Lizzo-gate, en el que las percepciones de uno pueden engrandecer lo que es la situación real en sí y dejar el caso en nada. Pero Alberto añade más detalles que llevan la problemática a la actualidad —recordemos que Saiko acaba de presentar su segundo álbum en el Palacio de los Deportes—. El artista decide renovar su equipo de bailarines y se niega a volver a contratar a la pareja de Montero, incluso para un evento puntual que requería de más crew en el escenario:
“Me dicen que no, que es mejor que me asista uno de los bailarines nuevos porque tenía un toque más masculino… nosotros dábamos un toque demasiado femenino. Cada vez que yo proponía a un chico homosexual, la respuesta era: ‘no, que es demasiado femenino’. Se terminaron cogiendo a cuatro bailarines heterosexuales y cuatro bailarinas heterosexuales.”
La problemática se agrava cuando Alberto Montero cuenta que compañeros de Saiko aseguran que el artista se refirió al problema de la siguiente manera:
“Estoy hasta los cojones de montarme en el escenario con maricones y niñas.”
Montero, como decía, acaba dejando el trabajo y recibe una llamada del artista en sí mismo, en la que el coreógrafo asegura que intenta explicarse sin éxito, pero le asegura que los comentarios proceden de una persona del equipo que va a ser despedida y que él no ha tenido nada que ver en esas decisiones. Alberto asegura que la persona que iba a ser despedida sigue trabajando con Saiko.
El artista, por su parte, ha compartido otro extenso vídeo a través de redes sociales en el que explica que no es homófobo:
“El coreógrafo era homosexual y llevaba conmigo dos años, este año también iba a seguir. El decidió salirse del proyecto, cosa que yo entiendo perfectamente porque si me cuentan eso, también me habría ido. (…) Me suda la polla si te comes una polla, un coño, un culo o una piedra. A mí me da igual. A mí me importa mi vida y ser feliz, y que tú seas feliz amando a quien quieras. Estoy totalmente en contra de la homofobia, me cago en los muertos de los homófobos.”
Saiko explica que quiso cambiar el equipo de bailarines para renovar la imagen del tour -aunque aquí fracasa en explicar la versión que da su coreógrafo-, pero reitera que no tiene nada que ver con lo que se está contando de él:
“Yo sé que mi nombre y mi carrera se van a quedar manchados por esto aunque sea falso. Habrá gente que me crea y gente que no, pero no hago este vídeo para convencer a nadie, sino para quedarme tranquilo.
¿Cómo voy a mirar a la cara a mis amigos o familiares del colectivo cuando lean eso? Es injusto. (…) No soy homófobo. Estoy totalmente en contra de la homofobia. Ojalá esto no siguiera pasando a día de hoy, pero tristemente sigue habiendo gente que sufre discriminación.”
Para mí, aquí hay dos cosas en la mesa. Una es ser homófobo per se, que dudo que Saiko lo sea porque condena públicamente la situación, que bien podía haber ignorado sin consecuencias (todos sabemos que en el género musical que maneja, podía haber pasado todo esto por alto y seguir sin problema). La otra es tener comportamiento homofóbicos casi inconscientes: como el buscar bailarines “más masculinos” o tender a saludar al bailarín heterosexual antes que al resto…
Es fácil montar un escándalo en redes con este tipo de cosas, pero rascando un poco en el asunto, igual que ocurre con los comportamientos machistas, hay muchas cosas que se hacen por inercia social y cultural de las que mucha gente no es consciente hasta que se lo ponen de frente.
No es que intente justificar a Saiko, porque me parece fantástico que Alberto Montero haya decidido hacer públicas las vivencias que han tenido para que también la industria gestione este tipo de vergüenzas de cara al futuro. Y bravo también por bajarse de un barco que, con todo el trabajo y curriculum que le daba, ha preferido dejar naufragar que seguir en contra de su visión de las cosas.