Hoy han aparecido carteles luminosos en Los Ángeles, Nueva York o Reikiavik (?) con lo que parecía la carátula del nuevo álbum de Justin Bieber. Bueno, o eso se creía, porque apenas se incluía una foto del artista con el título Swag impreso en la parte izquierda. Podría ser un single o un álbum.
Y ha sido la pantalla de Nueva York la que, minutos después, ha desvelado que, efectivamente, se trata del séptimo álbum de estudio de Bieber, que se publicará esta misma noche con 20 nuevas canciones. Esto ocurre en un momento en el que el cantante está de vacaciones —well— por España, con lo que imaginamos que juega todas sus cartas a que el lanzamiento sorpresa del disco haga el trabajo por él.
¡Sigue la web también en redes!
Y casi mejor, porque no está ahora mismo Justin Bieber para meterse en una agenda de promoción incesante. Ni en una que no sea incesante. Ni en una agenda. Vamos, no está para meterse en nada. Y sin el “en” también cuadra esa frase. El artista lleva meses preocupando a sus fans porque cada vídeo que aparece de él, sea donde fuere que es avistado, luce cada vez más de viaje y menos presente.
Desde que el escándalo de Diddy se destapara —recordemos que el rapero fue tutor legal de Bieber durante varios días siendo él adolescente— el cantante ha iniciado un descenso físico y mental imparable, que no parece haber frenado por ahora. De hecho, en la carátula del álbum luce… digamos, malito.
Conociendo el mercado americano y el appeal que el público del urbano —gran consumidor de streaming— suele tener por Justin Bieber, es previsible que el disco funcione con la mínima estrategia promocional, al menos durante algunas semanas. Espero que Justin no se termine anunciando un tour por sorpresa, claro. Es impensable, considerando que canceló el Justice Tour por problemas de salud mental. Esos problemas, ahora, no hay Javiera Bellot que los solucione.
