Antes de arrancar la gira de Shakira para su último álbum, Las Mujeres Ya No Lloran, la principal duda que existía era la de si la colombiana conseguiría encontrar el botón de encendido del micrófono. Porque en los últimos años, el único lugar donde parecía encontrarlo era en el estudio. Después hizo un pregrabado para Hips Don’t Lie y con él se tiró años de un lado para otro. Cualquiera que la haya seguido ya sabe a lo que me refiero: I’m on tonight, hey, hey, hey, hey, put your hands in the air, put your hands in the air… para que intentar siquiera simular que era otro directo, sonaban todos igual, porque tiraban del mismo playback.

A su llegada a Brasil, donde arranca el tour mundial del disco, ya quiso dejar claro que alguien le había puesto un gomet en el lugar donde estaban el botón que enciende el micrófono: se pasó por la televisión del país a interpretar Loba en directo. Y sí, por fin fue en directo. Con el ahogo normal de una performance bailada, con los tres tonos por debajo de la versión de estudio… vaya, con lo que Shakira ha sido toda la vida, que empezaba a parecer que se había quedado no ciega o sorda, pero sí muda.

Las Mujeres Ya No Lloran World Tour ha arrancado en directo, con algún fallo de micrófono al arranque del concierto -mayor evidencia de que, efectivamente, funcionaba- y repasando la discografía de la artista: 9 temas del último disco, pero guiños a todos ellos (salvo aquel par de primeros álbumes que nadie conoce). La cantante ha dado un poco especial a Pies Descalzos, con tres cortes, y a Laundry Service, con otros tres, incluida la curiosa aparición a Poem To A Horse, que no fue single, siendo el único álbum track no proveniente de Las Mujeres Ya No Lloran que repasa en el setlist.

Un concierto con mucha pantalla -una estética que evidencia que tomó notas del Renaissance Tour de Beyoncé (esa loba plateada inflable saliendo de mitad del escenario, esa tipografía de arranque y en su web…), pero que también sirve para reivindicar el amplio y muy influyente universo visual de Shakira.

Y como decía, también su voz, que ya habíamos perdido en un mar de pregrabados durante demasiados años. Bienvenida de vueta.

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