Apenas unas horas después de la victoria de Melody, que ha evidenciado que la España Cutre ha ido tomando el control del Benidorm Fest hasta darnos un resultado idéntico a cualquier preselección de finales de los dosmiles -solo que con un envoltorio de galas espectaculares-, Rayden ha recogido todo el cable de su entusiasmo hasta parecer uno de esos cargadores que regala Apple con sus productos y que miden menos que el dedo meñique.

Empiezo compartiendo las partes esenciales de su comunicado para después echarle un ojo al contenido. Esto es lo que ha dicho Rayden:

“Ha sido una aventura bonita estos dos años como uno de los asesores de un festival tan potente y exigente como es el Benidorm Fest. Gracias a la cadena por contar conmigo y a la gente por su cariño y consejos. (…)

Dicho esto, creo que está siendo desmedido el odio que estoy recibiendo por parte de un pequeño sector eurofan.Entiendo las ganas por hacer un buen papel en Eurovisión, pero cuando la euforia se torna en odio ya es otra cosa. Yo solo soy una de las once personas que eligen las propuestas. Si votara yo solo, sería una cosa TOTALMENTE diferente, pero que votemos tanta gente hace que sea más coral y cercano a lo que este festival (con sus singularidades), pide.

Quizás, no debería compartir la ilusión por este festival. Esto genera expectativas que pueden volverse en mi contra, asumo el mea culpa, pero me puede la ilusión.”

Sin añadirle contexto alguno, es un mensaje perfectamente comprensible. Un “oye, no carguéis en mis espaldas el peso de la elección de once personas, que yo no soy el encargado”. Pero claro, Rayden lleva un par de años jugándosela como cabeza del comité seleccionador. Es el que más comentarios hace en redes, el que da pistas, el que juega al fin y al cabo al juego de los eurofans. Por un lado recibe atención y cariño del público seguidor de Benidorm, pero por otro, se hace representante inconsciente de todo el grupo elector.

Y como a Rayden le gusta un tuit más que a un calvo una Melody, después de que se conocieran los nombres de los candidatos a Benidorm 2025 intentó darle la vuelta al pesimismo creado por la falta de nombres consagrados o realmente emergentes diciendo lo siguiente:

“Reiros todo lo que queráis, que el 18 de diciembre me voy a reír yo. (…) Cuando salgan muchas canciones creo que la gente se va a sorprender, sobre todo del talento de las canciones y lo competitivas que son.”

Y:

“La gente se va a sorprender del talento de las canciones y de lo competitivas que son que a lo mejor la poca queja que está habiendo es que no hay ningún nombre atractivo”

Claro, no hace falta que hagamos un repaso a las ocho canciones finalistas para darnos cuenta de que nivel, lo que es nivel de canciones -como canción, dejemos por un momento las benditas puestas en escena- no era muy alto. Ni siquiera era medio, era más bien tirando a bajo. Lo digo yo. Lo dice El País. Lo dice Jenesaispop. Creo que queda a la vista.

¿Consideraba Rayden Reinas de Sonia y Selena una de las mejores canciones de entre las mil enviadas? Posiblemente no, de ahí que haya salido a recoger cable. Pero claro, si no hubiera tratado de convencer al público de algo que se veía venir, se hubiera ahorrado tener que hacer un comunicado de que la gente está repartiendo los palos contra él como cabeza de turco de ese comité.

Para muestra un botón: ¿alguien ha oído a Beatriz Luengo en todo este tiempo? Efectivamente, ha visto el panorama y ha metido la cabeza bajo tierra, limitándose a un par de mensajes estándar después de tener bronca porque le parecía inaudito que varios perfiles fueran seleccionados. Que hubiera sido la estrategia lógica de Rayden. Una cosa más tibia del nivel de “chicos, esperad a escuchar las canciones y hablamos después lo que queráis” o “chicos, son dieciséis concursantes con muchísima ilusión y van a poner toda la carne en el asador”. Una cosa más de taza de Ale-Hop y menos comprometida.

Es obvio que el problema no son Rayden ni Beatriz. Obvio. MUY obvio. Pero es que si observamos las tablas de puntuación filtradas en años anteriores, nos damos rápidamente cuenta de que si la canción favorita de un comité es Astronauta de Lérica, tenemos un bendito problema con esas personas.

Ya no hay forma de reflotar Benidorm. Seguirá siendo un festival de audiencia para RTVE, porque ya está creada una dinámica de entretenimiento y la gala se realiza con notable calidad, pero jamás será relevante a nivel musical. Este año había que coger la remontada del tercer año y afianzarla con, más que buenos nombres, artistas interesantes y canciones al nivel.

Ha ganado Esa Diva, ha perdido Benidorm. Y Rayden ha dejado con el culo al aire a los votantes salidos de RTVE: si fuera por él las cosas hubieran sido diferentes. Dicho tarde, pero dicho.

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