Natalia Lacunza ha anunciado el cierre de su última etapa con la publicación de dos singles, ‘Simellama‘ y ‘Laplata‘, escritos así, con el título unido, como si fuesen el nombre de una Destiny’s Child que te pega más que fuese separado, pero no lo es. Va junto. Los dos singles de Lacunza han llegado a plataformas acompañados de un remix por cabeza, que retuerce más las producciones originales de las canciones, ya de por si bastante elaboradas.
Tanto ‘Laplata‘ como ‘Simellama‘ juegan al juego de minimalismo barroco. Mucho susurro, mucho spoken word, mucho espíritu de clase de literatura contemporánea con una profesora que tiene muchísima idea de lo que habla, pero a la vez tiene ganas de trincarse un vodka-lima con las amigas y olvidar esa clase. Susurra, pero lo hace de modo cunty. Es contundente y es sexy. Como su aspecto visual, las dos canciones están sudadísima mientras mantienen cierto punto de pulcritud que se dispara cuando se escuchan con detenimiento y auriculares buenos.
Natalia Lacunza mete tantas capas en ambos temas que al final podría ser un ejercito de Doctores Extraños, banda sonora de una película de Marvel de tanta capa. El mismísimo Ramón García si este hubiera quedado atrapado en una Nochevieja perpetua. Un sonido ambicioso, marca de la casa, que a veces resulta un poco distrayente de las letras de los temas, que hubieran merecido más peso en la mezcla final.
Lacunza es una de las personalidades del pop patrio que más juegan a la equidistancia entre el indie y el mainstream, el perfil festivalero pero al tiempo portada de la Shangay que no sacaba determinados perfiles en su portada. Prueba de ese modo de vivir la música son estos dos cortes. ¿Son de lo más eficaz de su discografía? No realmente. ¿Son buena señal de que jugando es como se ganan las partidas? Totalmente.
Será tu rollo si: Has estado agobiadísima pensando en qué talla elegir en una zona muy estrecha de Bershka, has soñado que tenías una chinchilla y has despertado entre sudores porque eres animalista; sabes cómo funcionan los ascendentes del Zodiaco.
Será tu rollo si: le echas un chorrito de ginebra al Nestea; vas al gimnasio con un moñete más elaborado que el de la última boda a la que asististe; tienen un tatuaje de algo en verso que sólo tú entiendes.
