Ya tenemos confirmación para la próxima final de la Super Bowl, que como sabéis, se celebra en febrero y consiste en un concierto de 15 minutos de un artista -o varios, según el año- interrumpido de manera incómoda por un partido de fútbol americano. Total, que en 2024 será Usher quien se encargue de ese concierto.
La invitación le ha debido llegar al pobre 14 años tarde, porque imaginamos que el servicio de Correos en Estados Unidos funciona regular, le entregarían la citación a un vecino, luego resulta que se mudó y finalmente nunca se supo de la carta hasta que este año, un amable cartero la recuperó de los restos del Titanic y decidió llevarla a la oficina del artista. Un coworking en un Starbucks, imaginamos.
Total, que Usher ha aceptado y tendrá que marcarse un medley que, si quieren que alguien menor de 35 esté viéndolo en televisión, llegará acompañado de algún artista relevante como invitado. O llamarán a Bruno Mars y Beyoncé, que es lo que hicieron la última vez que les preocupó el nivel de audiencia.
Cómo será todo de vintage, que el anuncio oficial tiene como protagonista a Kim Kardashian en vez de a Usher. El también aparece, pero con imágenes del vídeo de ‘Confessions‘, imaginamos que tal es el nivel de carga de trabajo que tiene estos días.
En fin, tampoco vamos a hacer feos a un catálogo con bops del nivel de ‘Yeah!’, ‘OMG’, ‘U Make Me Wanna’, ‘U Remind Me’ o ‘More’, pero es que imaginábamos un chute de nostalgia más camp (ese rumoreado intermedio con NSYNC, Backstreet Boys y Destiny’s Child) o a alguien más… erm, actual (una Miley Cyrus, una Taylor Swift, una Chanel).
Veremos con qué se viene Usher, pero desde luego, su elección sí que tiene algo: es comodísima, porque el partido se jugará en Las Vegas, donde él tiene una residencia en la actualidad. Musical, no de ancianos. Que igual también, Dios sabe a qué dedicará ahora el tiempo el hombre.