Lo que tampoco es normal es que una alquile una casita de barrio bien para pasar unos días en Calabasas y se encuentre con una calva metida en la bañera y el agua hecha un cristo del baño que se está dando. Y no, no hablamos de que Christina Ricci se haya encontrado a un eurofán dándose un jaboncito en su piso, sino de que Doja Cat le haya prestado una casa en ‘Demons‘ y se la haya llenado de espíritus y de sí misma.
Lo cierto es que en la casa las comodidades se cuentan con los dedos de una mano: la televisión no funciona, que ahí tienes a los niños mirándola como si vieran el Plus un día de partido en 1998, el ático no está habitable -porque se mete ahí Hillary Farr a amueblártelo y la arrastran por el suelo como Rosa Benito a Amador-, la cocina está en llamas y cuando uno se echa a dormir a descansar resulta que los demonios del ático han encontrado las escaleras para bajar y se pasean a darle a la pobre Ricci la vara.
Y no contenta con este pésimo servicio a la huésped, resulta que Christina Ricci tiene que escuchar el nuevo single de Doja Cat, ‘Demons‘, que tampoco es precisamente su momento más inspirado. A ver, no es un rollo del calibre de ‘Attention‘, pero tampoco es una cosa adictiva que a uno le apetezca poner en repeat como ‘Paint The Town Red’. Digamos que hay mucha más atención al detalle visual que al sonoro.
Doja Cat, amén de un alquiler vacacional penoso, sigue con el problema de la carátula de ‘Scarlet‘, su nuevo álbum. Después de que se denunciara que era un plagio descarado de la portada de una banda metal, la nueva carátula del disco, también con dos arañas, resulta que el autor la tenía ya a la venta como litografía en su página de Etsy. Chica, que cosa tan cutre.
6.5
Será tu rollo si: Tienes los DVD de ‘Buffy’ aunque hace años que no tienes un reproductor, te gusta el regaliz negro, compraste el libro de poesía de Alfred.
