De verdad, os prometemos que no le tenemos una manía especial a Mariah Carey: si os pasarais a conocernos, comprobaríais que tenemos su discografía íntegra en nuestras estanterías, y que hasta hemos dedicado tiempo a valorar, uno por uno, los dieciocho números uno que tiene en Billboard, pero es que es innegable que Mariah pasa por el momento más lamentable de su carrera.
Y ‘I Don’t’ parece la guinda del pastel tras un año confirmando esta teoría. La canción no es peor que su anterior single, pero ahí le anda, pero el vídeo sí es, posiblemente, de lo peor que ha grabado la cantante. Es vergonzante. Así que, como buen vídeo bochornoso, vamos a valorar por escenas el concepto, porque hay tanta tela para cortar como tela le falta encima a Carey.
La escena de ‘We Belong Together’ sin presupuesto
Discográficamente hablando, la cantante lleva años tratando de copiar ‘We Belong Together’ con más pena que gloria, pero esta puede ser la primera vez que incluso trata de imitar su vídeo oficial. Nuevamente, la vemos en plan novia a la fuga (acorde con su “realidad”, puesto que la cantante “canceló” su “compromiso” con su “prometido” “durante” su “reality” -las comillas son muy importantes-) pero en plan pobre. Rollo que el director le dijo: “Mariah, hemos gastado el presupuesto en ligueros, toma estas mosquiteras de Ikea y anúdatelas a la cintura sobre el body, que total, quien iba a fijarse si llevas encima una aún más absurda chupa de cuero”.
La escena que hizo de Amaia Montero una It Girl
En un vídeo se puede salir favorecida, o se puede parecer Sara Montiel en aquel photoshoot para la revista Sálvame. En este caso, Mariah se ha decantado por lo segundo. En su favor, diremos que el vídeo no ha sido demasiado retocado -a la vista queda- y que Carey ha ganado mucho en amor propio. Demasiado. A su lado, el vestido de mortadela de Amaia Montero está a un paso de salir en portada del Vogue español. Lo que es cuidar los detalles, oye, es que le hayan colocado un cojincito tras la nuca para que no se haga daño en la cabeza la pobre. Debería haber otro bajo el seno derecho, corre un serio peligro de derrame y luego haber quién contiene aquello.
La escena en la que, AL FIN, sale favorecida
Que es la siguiente. Disfrutadla, porque es la única en los cuatro minutos de duración del clip.
La escena en la que su estilista debió ser Jennifer Lopez
Y eso que, por lo menos, le colocó media peluca sobre el pecho para que en la captura exacta no se notara lo aplastados que los lleva con ese sostén. Otra de las ventajas de ‘I Don’t’ es que cada plano dura más o menos cuatro horas y cuarto, con lo que a uno le da para analizar los detalles.
Aquí vemos varias cosas, como por ejemplo, que el cordón del ¿traje? no le llega hasta el cuello, o que ha preferido sacrificar ese trozo para lucir gargantilla, que el sostén le queda 20 tallas pequeño o que no estamos seguros de si lleva una americana o se ha echado pintura negra efecto brillo sobre la piel.
Sólo al peor enemigo de esta mujer se le ocurriría apretar con gomas la parte de su abdomen para que cada trozo de chicha sobresalga entre ellos. Y lo peor es que Mariah Carey no está en una época de sobrepeso, está bastante estupenda. El problema es que su talla sigue siendo la misma que la de Taylor Swift, y ahí, algo falla.
La escena del “uuuy, casi”
Estábamos todos pensando que la llama quemaría ese vestido rojo que Mariah Carey lleva al final del clip, pero lamentablemente, la artista sólo pasa la cola por al lado de la hoguera, sin dar tiempo al fuego a consumir la tela y hacerle un favor de haberlo tenido que cambiar por otro. Y cuidado, porque ese traje rojo de Fuster by Aramís for Aramís Fuster es lo más digno que la cantante de clásicos como ‘O Come All Ye Faithful / Hallelujah Chorus (Feat. Patricia Carey)’ lleva en todo el clip.
La escena del deja-vu
Desde aquí vamos a dar un premio a aquel que nos indique cuántas veces en su carrera Mariah Carey ha sido capaz de abrazarse al aire y posar en esta singular y absurda postura, porque estamos seguros de habérsela visto en, por lo menos, media docena de vídeos hasta la fecha. ¿A qué se abraza Mariah? ¿a su contrato discográfico para que nadie se atreva a colarse entre sus pechos a robarlo y romperlo? ¿está la artista abrazada a una porra, confirmando así que ella y Terelu son la misma persona con diferente peluca? Por favor, de no ser por la cara más hinchada que las ventas de Fifth Harmony según los fans, diríamos que esta captura corresponde a un vídeo de 2008. o 2001. O 1995.