A ver, también entendemos un poco la situación de SZA. ‘Kill Bill’ lleva 17 semanas en la lista de Billboard. Ocho de ellas, ¡ocho!, las ha pasado en el #2 sin poder alcanzar el liderazgo. Se le han cruzado villancicos, comebacks de Taylor Swift, de Morgan Wallen, Miley… la pobre lo ha tenido bastante complicado con lanzamientos mastodónticos frenándola en su camino. SZA ha tenido un buen número de top10s en Estados Unidos, pero ‘Kill Bill’ podría ser su primer #1.
Y precisamente por eso, creyendo que el resto de contrincantes habían agotado ya sus posibilidades, SZA aprovechaba la semana pasada para reducir el precio de su single digital e instar a sus seguidores a comprar la canción. Justo cuando nos tocó hablar del cambio de normativa de Billboard al respecto, para evitar otro fraude en el #1 como el que posiblemente había ocurrido con el single de Jimin, componente de BTS, que se veía cayendo al #45 en su segunda semana. Tampoco la estrategia salió bien, y Morgan Wallen subió al #1 con ‘Last Night’.
Pero SZA no se ha dado por vencida. Ha hecho su equipaje, ha cogido su coche y ha decidido alquilar un apartamento en nuestra zona residencial favorita, Histeria Lane, donde se reúnen las ‘Popstars Desesperadas’ a llevar a cabo sus planes. Ya instalada, SZA ha acudido al porche de Doja Cat con una cesta de magdalenas, le ha pedido que salte a un nuevo remix de ‘Kill Bill’ y volvemos a poner el marcador a cero: Billboard no ha regulado la compra de remixes, con lo que no constaría que los fans estuvieran comprando dos veces la misma canción. Esta podría ser su semana.
¿Aporta algo la remezcla? No, de hecho resulta incluso anticlimática. Se le ven claras las costuras en cualquier caso: es un vaguísimo ejercicio pensado unicamente para alcanzar el #1 cuando el tema está de camino a su quinto mes. Quién se lo iba a decir: SZA ni siquiera la tenía en mente como single cuando ‘SOS‘ fue publicado.
Será tu rollo si: nunca habías escuchado la original, estás contento por el éxito de SZA, la semana pasada compraste la versión digital.