We are rooting for Belén Aguilera, esto no es un secreto para nadie, porque ella es ha sido una de las mejores artistas emergentes que ha dado este país recientemente. La delicadeza y el nivel de gusto de su debut y el retrato generacional de ‘Superpop‘ la han colocado en una posición estupenda en el pop nacional. Y llega ahora el turno del tercer álbum, que no será un álbum -por ahora-, sino un EP, ‘Metanoia‘.
Y la dirección de Belén es estupenda y totalmente lógica. La deriva pop tiende ahora al hyperpop, sin llegar a cruzar esa línea. Coge elementos del género y los solapa en sus composiciones, demostrándose así súper habil para keeping up with la Gen-Z. Hasta aquí, el triunfo. Incluso la algo Charli XCX ‘Copiloto‘ era una señal en esa buena dirección. ‘Galgo‘… no tanto.
Porque en este proceso de experimentación, de salirse un poco más del tiesto y de buscar nuevo palos con los que tocar la pianola, podemos confundir fácil el tocino con la velocidad y las producciones cool con montar algo sucio que suene ‘raro’. Y raro no suena, pero sucio… un rato.
Entonces tiene entre manos algo cuco como el origen de ‘Galgo‘, imaginémoslo como ‘Babe, El Cerdito Valiente‘, pero la cosa acaba en la escena en la que se está dando un baño en la pocilga. Y con tanto barro y tanta paja –rude-, el cerdito sigue siendo monísimo pero te dan ganas de darle un baño para que siga correteando a tu alrededor.
No le irá mal, probablemente, porque Belén vive un momento dulce y tiene a un público bastante amplío de girls y gays pendientes de que ‘Babe‘ siga correteando, pero están tan apoyados en el cercado de su granja que le va haciendo falta una mano de pintura dada con más lustre para que los de atrás también puedan disfrutarla.
Por ahora, lo que vemos es más preocupación por TikTok que dedicación a la canción.
★★
Será tu rollo si: no tienes ni idea de lo que estamos hablando, grabas tu voz delante de un ventilador creyéndote Luna Ki, sólo compras moda sostenible.