Objetivamente hablando, Manuel Carrasco es el cantante de ‘Operación Triunfo‘ que más público mueve en el momento. Han pasado ya dos décadas desde que lo conocimos y su status es probablemente el del mayor superventas del país. Ergo David Bisbal ya no es la estrella principal de la Academia. Y sin embargo, lo suyo nos resulta bastante más meritorio.
Porque donde Manuel Carrasco ha encontrado su sonido y lo está estirando como el chicle que le encanta al público español -nuestro mainstream ha vivido de esos sonidos durante décadas-, David Bisbal ha sabido adaptarse a las tendencias de cada momentos sin perder su puntito personal. ¿Es esto un eufemismo de ‘hortera‘? Puede ser. Pero David Bisbal es el tipo de persona que mide muy bien el punto de hortera que le mete a cada cosa.
¿Latino hortera? ‘Oye El Boom’. ¿Flamenco hortera? ‘Bulería‘. ¿Pop-rock hortera? ‘Silencio‘. ¿Electrónica hortera? ‘Antes Que No’. ¿Folkie hortera? ‘Diez Mil Maneras‘. ¿Reggaetón hortera? ‘A Partir De Hoy’. ¿Ochentas hortera? ‘Ajedrez‘. Llegamos al punto actual sabiendo adaptar otra moda a su catálogo. Es, cuanto menos, digno de aplauso. Ser hortera es también un arte.
Y sobre todo, es un arte haber retenido el interés del público durante dos décadas jugando todas esas cartas. ‘Ajedrez‘ es su apuesta por sumarse al trend que inició The Weeknd, que se extendió con Dua Lipa y que a España ha llegado con esta suerte de pop nostálgico con un puntito ochentas, otro puntito dosmiles y un sabor más cursi que en el mercado internacional.
Y sí, David Bisbal ha sabido convertirlo en hortera. Aunque es verdad que Abraham Mateo le había allanado lo suficiente el terreno. Pero nadie como Bisbal para cantar algo como ‘Ajedrez‘ mientras apunta con el dedo, da saltitos sin parar y sigue pensando que el estribillo tiene que estar cantado como si se hubiera estropeado la megafonía.
★★★
Será tu rollo si: compras Chupa Chups con chicle dentro, llevas chaquetas de peluche, le fabricabas modelitos a los muñecos con papel.