Si los Premios Odeón tuvieran una candidatura a mejores efectos especiales… bueno, se la darían a Vanesa Martín o Manuel Carrasco, que ya nos conocemos. Pero una de las candidatas de este año podría ser Thalía, porque su último vídeo está prácticamente apoyado en ellos. El computer generated imagery es el protagonista principal de ‘Mojoncito’, el refrescante vídeo con el que planea conquistar el porcentaje de verano que pueda dejarle libre el impacto de lo último de Chayo Mohedano.
Y diréis, ¡pero qué dice, si apenas ha puesto cuatro palmeras y una colchoneta de playa tirada en un fondo de pantalla verde! Pues tenéis razón. Tenéis razón en todo excepto en lo de la colchoneta, porque por no poner, ni siquiera ha puesto colchonetas, lo que flota en la piscina de chroma son esterillas de hamaca de piscina, que se ve que en Wish las colchonetas se disparaban ya de precio.
Pero es que Thalía no ha hecho una inversión en atrezzo, ni en efectos especiales de ambientación. Quién necesita que la playa parezca real o que el agua de la piscina no sea un salvapantallas de Windows XP cuando con el dinero que se ahorra de eso puede tener la cara de Thalía en primer plano sin ningún tipo de rasgo. Ahí está el trabajo de ordenadores del vídeo de ‘Mojoncito’. Un detallado trabajo para borrar cualquier síntoma de humanidad del rostro de la artista de clásicos como ‘I’m Gonna Be Alright’.
Como si fuera un personaje de ‘Avatar’ que no ha comido helado de pitufo, o un personaje de alguno de los primeros juegos de la PlayStation, Thalía interpreta la canción poniendo lo que creemos que son caras sugerentes. Que también podrían serlo de absoluto pánico, o de sorpresa. Quién sabe, dada la situación. Sólo el técnico que manejaba el After Effects sabe realmente lo que quería decirnos Thalía en el clip.