En 1999, Melanie C publicaba su primer álbum en solitario. La cantante se cortaba el pelo muy corto, se teñía de rubio y cambiaba por completo su look hacia algo más punk. Su primer single, ‘Goin’ Down’, era un corte de rock electrónico complicadísimo de vender al público que había seguido su carrera como Spice Girl. Y es que una de las obsesiones de la cantante en los primeros años de su carrera en solitario fue la de separarse de la imagen de Sporty Spice.
No fue hasta 2007, cuando el grupo decidiera volver y ella lanzara la extremadamente popera -y también bastante terrible- versión de ‘I Want Candy’, que se viera a Melanie relajar sus ansias de distanciamento con todo lo que la girlband había supuesto en su vida. Y de ahí en adelante, paso a paso, Melanie C se ha ido reconciliando con su pasado. Su nuevo álbum, titulado sin más ‘Melanie C’, parece el final feliz de ese proceso.
“Creía que era el momento de abrazar todo lo que yo era: Sporty, Melanie, madre, novia, cocinera, terapeuta… Y quería hacerlo de modo divertido y empoderador. El álbum es distinto porque también he vivido enormes cambios detrás de las cámaras, un nuevo management. No me he quedado con demasiada gente del equipo anterior. Lo más importante es que el nuevo me presentó a muchos nuevos artistas, compositores y productores, y todo ha sabido a un nuevo capítulo.”
Abiertamente pop, de melodías sencillas y directas, ‘Melanie C’ es probablemente el trabajo más radio-friendly y comercial que la artista ha publicado desde ‘Northern Star’. Sin prejuicios sobre lo que hace, sin intentar que nadie la relacione con su pasado.
Un borrón y cuenta nueva, no tan nueva
Y este borrón y cuenta nueva se deja sentir en el disco, claro: los sonidos de producciones de los adelantos lanzados antes de que el disco completo viera la luz, evidenciaban ya que Melanie C quería un disco accesible para todo el público, incluido uno más juvenil que no ha seguido especialmente sus pasos en los últimos años.
Sin embargo, conviene recordar que ese paso hacia el sonido más relevante y acorde al momento ya lo dio en ‘Version Of Me’, posiblemente el primer disco en el que la Spice no sonaba anacrónica desde su debut. ‘Anymore’ ya era un single que podía vaticinar un ‘Who I Am’ o un ‘Good Enough’ y aquel álbum también contenía una ‘Numb’ que podría haber sido el primer paso hacia un ‘Blame It On Me’.
Por tanto, en lo que se nota la mano de la gente nueva es en el refinamiento: no sólo Melanie C abraza el presente, ‘Melanie C’ lo posiciona en condiciones dentro del tracklist.
Colaboraciones exprimidas de manera curiosa
Precisamente por este espíritu tan directo y tan accesible sorprenden las colaboraciones: ni Rae Morris, ni Shura, ni Aluna (de AlunaGeorge) ni Nadia Rose llevan a Melanie C a experimentar en exceso. El truco del álbum es que nada debe sonar demasiado arriesgado, por lo que parece que el papel de los y las invitadas ha sido más el de centrar el camino de Melanie que el de llevarla a investigar.
‘Fearless’, el single en el que colabora Nadia Rose, bebe de ‘Never Be The Same Again‘ y de las propuestas Spice más R&B; ‘Overload’, junto a Aluna, es el funk-pop más efectista y pegadizo del disco; y ‘Good Enough’, junto a Shura, es una producción algo nostálgica del Guetta de hace una década, a medio camino entre ‘Commander’ y ‘I Gotta Feeling’.
Es comprensible -y de hecho, en parte un acierto- que Melanie haya tirado de sus nuevas influencias para llegar a 2020 en 2020, pero también es curioso que no lo haya hecho para sacar su música del tiesto. Claro que, viendo el objetivo principal del disco, este no era el momento para ella.
Personal, pero sin apenas dejar de bailar
Un poco al hilo de lo que ocurría con el ‘Chromatica’ de Lady Gaga, Melanie C aprovecha para lanzar mensajes bastante personales en las canciones de baile del álbum: en ‘Who I Am’ se libera de “aquella que pensó que debía ser”, en ‘Overload’ se marca también un motto de auto-empoderación (“no voy a ser la versión que tú aceptas de mí”) guiño al disco anterior incluido, ‘The End Of Everything’ habla de dejar atrás a su anterior equipo tras 18 años y en ‘Nowhere To Run’ trata de uno de sus últimos ataques de pánico y ansiedad, influenciada según sus palabras por el proyecto de Billie Eilish, aunque sin ahondar tanto en sus métodos.
Ese mensaje de fuerza y resiliencia se deja sentir también en ‘Fearless’ (“nunca sabes qué puedes hacer hasta que lo intentas, siento tu poder creciendo en ti”) o ‘Here I Am’ (“nunca he sido de las de dejarlo, he hallado fuerza en mi debilidad”), aunque la primera funciona mejor que la segunda, bastante más cliché tanto en mensaje como en producción.
¿Podría Melanie C haber llevado el disco un paso más allá? Podría, pero también es cierto que hubiera perdido la impresión de reboot de su carrera: ese halo de nueva presentación al mundo que tiene, haciendo hincapié en el mensaje de fuerza a través de canciones pop bastante bien diseñadas para ello.
Si lo valoramos en le entorno y época que lo rodea, ‘Melanie C’, puede ser el mejor álbum de su carrera desde su debut hace más de 20 años. Desde luego es el más fresco. Y eso que a lo largo de apenas una decena de temas tropieza en varias ocasiones: ‘Escape’ no puede resultar más irrelevante en un arranque del álbum que te lleva a darlo todo con los primeros cortes, ‘Here I Am’ es el corte más ‘antiguo’ y previsible, e ‘In And Out Of Love’ es divertida y pegadiza, pero seamos francos… es prácticamente ‘Don’t Start Now’ sin el estribillo contundente de Dua Lipa.
Sin embargo, los aciertos se imponen, y Melanie C termina firmando un nuevo ‘debut’ que anima a repetir el disfrute del disco. Y por primera vez en mucho tiempo, un álbum que podría interesar a un público más allá de su fanbase. Curioso que la apertura de puertas más allá de lo picante lo haya conseguido abrazando finalmente a Sporty Spice.
Temas clave: ‘Overload’, ‘Nowhere To Run’, ‘Good Enough’