El equipo olímpico de Sam Smith y Demi Lovato, medalla de oro de la fantasía en ‘I’m Ready’

El equipo olímpico de Sam Smith y Demi Lovato, medalla de oro de la fantasía en ‘I’m Ready’

El primer disco de Sam Smith fue estándar, con contenido cómodo para contentar a un Reino Unido que venía del fenómeno Adele y lo acogería con los brazos abiertos. El segundo álbum, bastante más sofisticado y ambicioso, servía más a modo de desahogo para Smith y empezaba a presentarlo de forma más realista ante su público. El tercero, que ya no llevará por nombre ‘To Die For’, empieza a parecer ‘The Emancipation Of Sammy’. Un poco una fiesta, un poco un lo que le da la gana.

Lo hemos visto en singles como ‘Dancing With A Stranger’ o ‘How Do You Sleep?’ -siendo ‘To Die For’ más tradicional a este respecto- y lo terminamos de ver ahora en ‘I’m Ready’, junto a Demi Lovato. Un tema pop, pop. Bien pop. Una fantasía acompaña de un vídeo tan hortera como acertado, que hace de todo esto un ejercicio olímpico digno de medallero.


Podéis escuchar este y otro puñado de hits en nuestro A-List de Spotify:


Y es que Smith saca absoluto partido de la nostalgia para celebrar unas olimpiadas queer con mucha brillantina, mucho maquillaje y mucho taconazo, mientras se marca junto a Demi un tema que parece una cosa, y termina siendo otra. Las estrofas de ‘I’m Ready’ son sombrías, potentes, sexys… y de pronto, culminan en un estribillo que es todo luz, casi como el típico cántico de apertura de Olimpiadas de turno. Muy acertado por el sing-along factor y por cortar totalmente el rollo a un público que ya esperaba quedarse entre las sombras.

Demi se suma a la segunda parte de la canción, desde un trampolín en el clip -por algún motivo lleva un traje de chaqueta para ir a saltar-, y aunque canta con su habitual potencia vocal y siempre parece estar un tanto al borde de darse al griterío, nunca termina de darse del todo y es de agradecer. No necesitamos que demuestre todo su rango lanzamiento a lanzamiento.

Por ponerle una pega a este ‘I’m Ready’ que hemos recibido con más entusiasmo del que creíamos, es una pena que el impacto del góspel final, cuando la pareja aparece en la entrega de medallas, se quede en tan pocos segundos de la canción. Era el momento de entregarlo todo, y le falta un poco. Quizá hubiera molado más dejar en el coro el final del tema, en vez de en la unión de las voces de ambos. O quizá no, quién sabe. No es momento de buscar tantas cosquillas a algo que nos ha gustado.

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