Bien, volved a dejar los ansiolíticos que robasteis de la mesilla de noche de EMEIE en su sitio. No os van a seguir haciendo falta y no queda mucho para que a ella sí, en cuanto esté de vuelta de la pesca de atunes. El drama del #BREVO, ese en el que los vídeos oficiales de Mireya Bravo desaparecían de su canal hace unos días, ha llegado a su fin.
Y el final ha sido feliz, porque esto no es una serie de Telecinco que nadie sabe realmente como acabar y termina siendo un cuadro: Mireya ha recuperado sus vídeos con las visitas que antes tenían, sin haber perdido más que las visualizaciones que podían haber sumado en los días de su ausencia, que el CIS estima entre las cero (0) unidades y las dos (2) unidades, según las veces que Mireya hubiera entrado a su canal para chequear el regreso de los clips.
El OT Stan Twitter ya puede descansar plácidamente en sus colchones Lo Montecarlo, bajo cuya cámara de aire habían escondido sus bootlegs de remixes de ‘Corazón Vendío’, por miedo a que el fantasma de Universal se les apareciera en mitad de la noche y los hiciera desaparecer, como había ocurrido con la colección de vídeos de Mireya.
España respira tranquila, porque lo del Coronavirus es una nimiedad en comparación a lo del #BREVO, que eso sí que nos tenía en vilo. A ver si no a qué cantante le íbamos a pedir a estas alturas que anudara sus manos con un foulard y fingiera su libertad artística liberándose de él en mitad de una playa. Realmente, pensad quién, aparte de Mireya Bravo, acudiría a la playa con un foulard. Pablo Alborán, quizá, pero creemos que ya supero la etapa en la que su cuello parecía un anuncio de juegos de sábanas.
Lo importante del asunto es que volvamos a poder disfrutar de esto: