Justin Bieber se está haciendo un lavado de cara tal que como siga así lo único que va a quedar de él es un esqueleto. Es la versión de acción real de ‘Rock DJ’ de Robbie Williams pero centrándonos en la cara. Lo suyo no es quitarse la piel muerta, lo suyo es llamar a un enterrador para que haga una hoguera con los cadáveres. Un peeling químico de esos que consisten en lanzarse ácido a la cara y dejar que la piel se reconstruya. A estas alturas habéis captado la idea.
Y es que después de su documental ‘Seasons’ -que es, francamente, un importante rollo para que descubramos su lado humano y bostecemos incluso a pesar de su brevísima duración por capítulo-, Justin Bieber ha publicado el vídeo de su nuevo single, ‘Intentions’. Un tercer tema que conocemos desde ‘Changes’ y que sigue sin augurar un contenido desmasiado a la altura en el álbum. Hasta ahora, lo que más nos ha convencido es su dúo con Kehlani y porque disfrutamos de un número cuco de R&B, pero vamos, que la peluca la seguimos teniendo bien fijada con horquillas.
El vídeo de ‘Intentions’ empieza más o menos bien, con la historia de tres mujeres que luchan por su derecho a la educación, por los derechos de su comunidad y por salir adelante a pesar de las dificultades, pero se va un poco al traste en cualquier Bieber aparece en plan Isabel Gemio, como en aquel horripilante vídeo de Drake en el que el canadiense regalaba dinero a la gente.
Bieber regala mochilas, regala coches, se muestra interesado -aunque con cierta cara de haba- por escuchar sus historias, y mientras, interpreta su nuevo single entre la gente de la calle. El príncipe del pueblo, vamos. Este tipo de clips dan un cringe que hace que nosotros también busquemos un peeling facial después de tanto tapárnosla con la vergüenza ajena. Hubiera sido más bonito exponer los casos sin hacerse uno el humilde y el José Luis Moreno al mismo tiempo.