Europa es verde. No lo dicen los resultados electorales, ni el G7, pero sí que lo dice Abracitos, el oso de peluche que representará a España en el próximo Eurovisión Para Pobres. El pasado año, el Festival consiguió reunir a 2,7 millones de televidentes en todo el continente, el equivalente a una de las galas del último ‘Gran Hermano’ en España. Una de las galas de esas que no son “la gala” per se. De las de ‘Límite 153 Horas’, etc. Vaya, un contundente éxito, normal que haya motivado el regreso de nuestro país a sus filas 13 años después de la última participación.
Pero bueno, volvamos con el tema de Abracitos, una canción pop lírica que hará que el Peluche muestre toda su habilidad vocal cual si fuera él Ainhoa Arteta relleno de algodón y/o/u otros materiales de menor calidad, porque será de fabricación china y de mano de obra barata. Pero cantar te canta de lujo eh, nadie lo pone en duda.
España ganará Eurovisión Para Pobres porque el sistema de votación del concurso es un completo absurdo: los países pueden votarse online a sí mismos, y los puntos se reparten según el porcentaje de votos. De modo que Polonia, el país que más audiencia aportó al programa el pasado año, se llevó el premio. Será complicado que en España el efecto no sea mayor y no ver a Abracitos recogiendo el testigo de Maria Isabel, intérprete de clásicos como ‘Tu Mirada’.
No sólo por el voto propio, seguramente también le beneficie el ajeno: ‘Marte’ es una balada de corte europeo, cuca, resuelta, ecologista, muy eurovisible y con el típico final tan molesto como eficaz de cara a un concurso de talentos. Además, la ventana de ganar el Eurovisión Para Pobres, es que el país no tiene después la obligación de llevarlo a cabo. Un auténtico alegrón para TVE.