Amigos de la televisión israelí, gracias por un tutorial tan extenso sobre cómo no emitir una gala de Eurovisión. Francamente, si la edición de 2018 se nos hizo amena a pesar de los habituales momentos de nevera y baño, la de 2019 ha llegado un punto en el que nos ha resultado intragable. Se nos ha hecho bola. No puede ser que una gala que empiece a las nueve de la noche termine más allá de la una de la madrugada.
Y sí, este año, la gala de Eurovisión ha durado 4 horas y 11 minutos, que se dice rápido, 22 minutos más que la del pasado año y 26 minutos más que la de 2017. Y eso teniendo en cuenta que España, última en la clasificación, actuaba a eso de las once de la noche. ¿Cómo pudo entonces alargarse la gala tanto como se alargó?
Pues porque entre las 23:05, hora en la que Miki aparece cerrando con ‘La Venda’ y hasta las 00:10 que empiezan a repartirse los votos del jurado, ocurre todo esto:
- Hay un repaso de las canciones de la gala. Otro repaso. Y un tercer repaso más.
- Mans, Conchita, Eleni yVerka actúan con canciones de los demás, mientras el presentador alarga hasta el hastío en número con interrupciones innecesarias para presentarlos después de cada canción.
- Actúa una ganadora de 1979. También la entrevistas.
- Aparece Madonna hablando. Aparece Quavo hablando, aunque nadie en Europa sepa exactamente quién es.
- Actúan Madonna y Quavo con ‘Like A Prayer’ y ‘Future’ íntegras, en vez de hacer un medley.
- Actúa Netta con un single que nadie jamás va a escuchar.
- Aparece un mentalista (?!) a hacer un truco de magia que es más que obvio que llega pactado.
- Se emite un vídeo promocional de Israel.
- Actúa un grupo israelí.
Y arrancan los votos del jurado, que se emiten durante 40 minutos, una duración normal que, sin embargo, se disfruta difícilmente porque una hora de relleno innecesario es mucha hora de relleno innecesario. No es hasta las 00:55 que el jurado deja en manos del televoto la victoria del Festival.
Después de 4 horas, francamente, lo único que uno quiere es que le den el micrófono a quien sea y poder apagar la televisión. Vamos a ver, amigos: si una gala cuenta con Madonna, y la ganadora del pasado año tiene que actuar, dejémonos de magos, de speeches y de ganadores de otras ediciones que bien podían haber tenido hueco en las semifinales.
La gala de anoche fue la más aburrida y tediosa que somos capaces de recordar, y todo porque, después de un relativamente entretenido bloque de 26 canciones, la televisión israelí cortó todo el ritmo de la emisión con contenidos soporíferos. Como decíamos, un claro tutorial sobre como no emitir Eurovisión. El show debe durar, como mínimo, media horita menos.