Kelly Rowland ha culminado por todo lo alto su temporada en ‘The Voice’ en Australia, aunque no, no ha aprovechado para presentar nada de ese disco en el que lleva trabajando desde 1998 y que tiene que tener ya más rodaje que su colección de pelucas. En cualquier caso, una buena performance nos valía, de no haber nuevo material, y en eso ha cumplido.
Acompañada por uno de los concursantes finalistas, de cuyo nombre no queremos acordarnos, llamémosle Antonio José DJ, la Destiny’s Child se montó una actuación para un clásico de Michael Jackson, ‘They Don’t Care About Us’, que la verdad, le viene al pelo a la situación político-social actual.
Y ahí que se plantó Kelly, marcándose su mejor Janet -sin pezonera, eso sí-, vestida de negro de pies a cabeza, a ritmo militar por el escenario y totalmente entregada a él, porque no le falto nada: coreografía, subida a la mesa de mezclas de Antonio José DJ, golpes de melena, más golpes de melena, y ¡ah! golpes de melena. Nos cuentan que la peluquera estaba en el backstage pidiéndole a Kelly por telepatía que dejara de entregarse tanto, que le había fijado todo bien con horquillas, pero que las horquillas tampoco son precisamente el Super Glue, y lo que las pelucas volando podía pasar de ser algo figurado a ser algo literal.
Pero las pelucas ajenas sí que volaron, porque oye, Rowland volvió a demostrar que no sólo de Beyoncé vivía Destiny’s Child, que también estaba ella y la tercera chiquilla que se caía en el escenario, y que su peso llevaba. ‘They Don’t Care About Us’ podría, por cierto, darle pistas a Kelly para evitar marcarse un nuevo álbum de R&B insípido y, por el contrario, dar forma a un proyecto con otro tipo de referencias del urban a través de la historia.