No nos queda otra que decir: cómo me alegro, tía, de verte ahí. Kendrick Lamar acaba de poner la guinda al pastel que ha sido ‘Damn’, después de vender más de 3,5 millones de álbumes a nivel global y confirmar con el éxito de crítica y público que es el gran rapero de esta década. ‘Damn’ se ha llevado el primer Premio Pulitzer entregado a un disco comercial y ha hecho historia.
Hasta el día de hoy, sólo álbumes de música clásica o producciones de jazz habían conseguir alcanzar el galardón, pero el muro entre el Pulitzer y el pop se ha roto gracias a ‘Damn’, que ha sido premiado, según los organizadores, porque “ofrece una autenticidad de raíz y un dinamismo rítmico mostrando viñetas que captura la complejidad de la vida afroamericana en la actualidad”.
Por esos motivos, Kendrick se ha impuesto a lo más tradicionales Michael Gilbertson y Ted Hearne, que han quedado como finalistas. Lo cierto es que Lamar viene de un año repleto de buenas noticias: ‘Damn’ fue elegido en prácticamente todas las listas de final de año como uno de los mejores discos de 2017, tiene un impresionante 95/100 en Metacritic y se ha llevado a casa 5 Premios Grammy, incluyendo el de Mejor Álbum Rap.
Eso sí, como siempre vuelve a dejar en cierta evidencia a los Premios de La Academia de la música, que antepusieron la victoria de un lanzamiento perezoso y conservador como era ’24K Magic’ de Bruno Mars contra un álbum que va a dejar un poso cultural para años venideros como este. Al menos, galardones como el Pulitzer siguen dándole un brillo al que el resto no puede sino aspirar desde la distancia.