No era para menos: la última edición de los Premios Grammy se ha desplomado en audiencia al comparar los datos con los del pasado año, y ha tocado un mínimo histórico en datos demográficos, que son los que resultan relevantes en el cómputo de audiencia en Estados Unidos.
Los Grammy fueron vistos, a pesar de todo, por 19,8 millones de espectadores, cifras espectaculares para las actuales emisiones de la televisión americana, y un 6,9 en demográficos, un dato también poco habitual por lo alto que resulta. Sin embargo, los registros son bastante pobres si los comparamos a los 26,1 millones que sintonizaron la CBS el pasado año para seguir la ceremonia, que obtuvo en aquel momento 7,8 puntos de rating. Para que entendáis un poco la situación, cada décima de rating es un abismo y en ocasiones, marca la distancia entre algo cancelado y algo renovable.
En cualquier caso, los datos de los Grammy, como decimos, siguen siendo altísimos (una serie de éxito en Estados Unidos puede tener un 1,5 en demos perfectamente, por ejemplo), pero el reciente registro supone un mínimo histórico para los premios de la Academia de la música.
Y aunque ya lo explicamos tras ver la gala en su emisión de DKiss, es normal que los números caigan: no había actuación de Bruno Mars, SZA, Kendrick Lamar o Rihanna capaz de enganchar a una audiencia joven a un show tan rematadamente rancio. Los Grammys van necesitando fluidez, menos duración y sobre todo, un lavado de caras entre los votantes si quieren recuperar al público no jubilado. Si no, terminarán como los Ondas.
https://www.youtube.com/watch?v=fY8iLUkZ5kI
