Ojito con la confirmación de Justin Timberlake para la próxima Super Bowl, porque puede ser un arma de doble filo para el cantante. Si bien es cierto que el evento le servirá de enorme plataforma para la promoción de un más que probable lanzamiento a principios de año -el cantante ya ha afirmado varias veces estar preparándolo en el estudio-, también puede traer cola si no hace buen uso de él y ponerle en contra a gran parte de la sociedad americana.
https://youtu.be/i_CccIGUB6k
2018 será el tercer año en el que Timberlake pise el escenario del intermedio de la Super Bowl, convirtiéndolo en el artista que más veces haya pasado por el evento, porque ya acudió en 2002 junto a Nsync, y de forma más importante, provocó el mayor escándalo de la historia del intermedio cuando en 2004 arrancó parte del corsé de Janet Jackson, dejando uno de sus pechos al aire. Desde entonces, Janet Jackson ha tenido muchísimos problemas con los medios de comunicación, incluyendo el veto de la propia Liga Nacional de Futbol, y Justin Timberlake… bueno, él ha seguido en el mundo de la música como si todo esto no fuera con él.
De modo que no es de extrañar que, pocos minutos después de la confirmación de la noticia, el hashtag #JusticeForJanet inundara las redes sociales de Estados Unidos, confirmando lo peligroso de que Justin se haga cargo del evento. El cantante tiene una base de fans sólida entre el público negro, y esto podría no favorecerle en absoluto si no hace un guiño a la cantante en el escenario o la invita a participar en él. Además, doble drama, porque Jay-Z, que también iba a participar, se negó a negociar con la NFL en apoyo a Colin Kaepernick, el jugador que decidió hincar la rodilla a modo de protesta durante el himno americano y que, tras ello, se ha quedado sin equipo en el que poder jugar.
Por tanto, doble polémica tras el nombramiento de Justin Timberlake, que va a tener que jugar muy bien las cartas que tenga para no salir escaldado de lo que, en un principio, es el reflejo de la América del #whiteprivilege y el machismo. Lo sentimos, pero en este caso no podemos estar de su lado.