Katy Perry ha terminado por fin con la era ‘Witness’. Y sí, parece que el disco viera la luz en 1999 y lleváramos desde entonces viviendo su agonía, sólo salvada por el hecho de que su gira ha ido bien y ha recibido estupendas críticas por parte de crítica y público. Es precisamente ahora, cuando ese ‘Witness Tour’ ha llegado a su fin, que podemos declarar el álbum muerto.
Y es que su cuarto álbum no ha sido sino un dolor de cabeza constante para Katy Perry, por este montón de motivos que os enumeramos:
- La regulera acogida de ‘Chained To The Rhythm’, que fue #4 en el Hot100, pero con cifras muy alejadas de sus mayores hits.
- La espantosa promoción que hizo del disco, empezando por aquellas fallidas bolas de discoteca por el planeta, y siguiendo con el ‘Gran Hermano’ que se montó.
- La batalla con Taylor Swift, que alcanzó su punto álgido cuando la rubia liberó todo su catálogo en Spotify el día de salida del disco de Perry.
- El nulo efecto milagro del resto de singles del disco, con un ‘Swish Swish’ viral en visionados, pero que tampoco le dio un hit real, y un último single, ‘Hey Hey Hey’, del que no ha oído hablar ni ella.
- El drama con Obama, el drama con Britney, el drama con Migos, el drama con el niño de la mochila, el drama con cada persona de la que hablaba o se acercaba a ella.
Por tanto, no es de extrañar que, en declaraciones a FemaleFirst, la cantante se haya mostrado algo desanimada con el desarrollo del proyecto, a pesar de que no era un disco tan malo como se intuye, ni haya vendido tan poco como se alega (ronda un millón de copias que para sí quisieran muchas), y de que, como decíamos, su gira haya sido el único salvavidas de la era:
“Reconozco que tuve episodios cercanos a la depresión. Me rompió el corazón ver que, tras poner tanto el foco en la reacción del público, no reaccionarán como yo había esperado.
La música es mi amor verdadero, y creo que fue como el universo queriéndome decir: “Vale, hablas de esta autoestima y autenticidad, pero vamos a ponerte esta prueba para ver cuánto de verdad hay en ello. Veremos cuánto te quieres realmente.””
En fin, al menos el disco ha servido a Perry para romper con su perfil del pasado, y con un poco de suerte, reinventarlo con más éxito y frescura de cara al próximo disco, libre al fin de tener que vender un momento de separación respecto a su anterior yo.