‘Wyclef Jean’ es ya, oficialmente, uno de los mejores vídeos de la historia. Lo es porque ni siquiera es un vídeo, sino la historia de como una grabación frustrada de 100.000 dólares terminó convirtiéndose en algo viral por su nivel de absurdo. El clip comienza con el rapero Young Thug explicando lo que quiere para él: coches de juguete, muchachas sobre ellos y él montado en otro de los coches cantando la canción. La teoría decía que después habría una escena destrozando un coche policial y finalmente, una de una fiesta en la piscina.
La realidad es que puedes ver todas esas escenas en ‘Wyclef Jean’, porque grabarse, se grabaron, pero no verás en ninguna de ellas a Young Thug, porque jamás llegó al rodaje. Para suplir las faltas del artista, el director del vídeo decidió incluir el diario de grabaciones en el clip, y puedes ir leyendo lo que ocurrió aquel día en los subtítulos.
La policía -la real- quiso poner orden, los bates que tenían para el vídeo no eran de madera sino de goma, escenas eliminadas, bañadores que tenían que cambiar de color y lo hacen de una manera hilarante, y finalmente, sí, hay una escena en la que aparece Young Thug: una en la que sale, incomprensiblemente, comiendo Cheetos. El rapero llega a alcanzar el set de grabación, pero le anuncian que su Instagram ha sido hackeado y por ende, jamás baja de su coche y participa en el vídeo. De hecho, sale huyendo de él.
En serio, esto es lo mejor que va a ocurrir en cuanto a videoclips en todo 2017.